Vida matrimonial

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La boda se desarrolló con la precisión de una maniobra militar bien planeada. Y no fue mucho más romántica. Consistió en una ceremonia íntima, en los juzgados, y fue tan rápida que Andrea y Diana casi se arrepintieron de haber interrumpido su luna de miel en para estar presentes.

Además, Lena no quiso perder el control con Kara; a fin de cuentas, aún recordaba la pasión desenfrenada del beso que se habían dado en la oficina. Y cuando llegó el momento de besar a la novia, lo limitó a una caricia tan leve que nadie las habría creído enamoradas. Pero curiosamente, nadie pareció sorprendido.

Por la noche, antes de ir al piso de Lena, se dirigieron al domicilio de Kara y recogieron el resto de sus pertenencias y las escasas posesiones de los niños. Kara había considerado la posibilidad de dejar definitivamente el apartamento, pero había pagado varios meses por adelantado y decidió quedarse con el hasta la finalización del contrato.

Cuando llegaron al piso de Lena, descubrieron que Diana les había preparado la cena y que la había dejado en el horno para que no se enfriara.

Lena se quedó en la entrada de la cocina, mirando el lugar con el corazón en un puño. Diana se había molestado en poner la mesa y la había decorado con unas velas. Incluso había puesto una botella de champán en la cubitera.

Kara carraspeó y apoyó a Rubí en la cintura, mientras Lena cargaba a Esme.

"Creo que voy a... creo que voy a guardar mis cosas" declaró con nerviosismo algo que no pensó decir jamás "Sinceramente, no tengo hambre".

Antes de que Lena pudiera hablar, ella alcanzó una de sus maletas, giró en redondo y se marchó. La morena pensó que tal vez era lo mejor, porque ninguna de los dos estaba preparada para afrontar una cena íntima en ese momento.

Tres horas después, Kara seguía sin bajar. Lena se sentó a la mesa, abrió su ordenador portátil e intentó comer un poco, pero no pudo. Así no se imaginaba su boda con el amor de su vida. Volvió a cerrar el ordenador y fue en busca de su flamante esposa, a quien encontró en la habitación que habían dispuesto para las niñas.

Se detuvo en la entrada, se apoyó en el marco de la puerta y la miró.

Kara, que estaba sentada en la mecedora, se había quitado el vestido de novia y se había puesto unos vaqueros y una camiseta con cuello en uve. Esme se había quedado dormida entre sus brazos. Tenía los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia un lado.

Lena carraspeó para avisar de su presencia. Kara alzó la mirada, sorprendida. "¿Cuánto tiempo llevas ahí?"

"Acabo de llegar." Contestó restándole importancia a su no presencia.

Kara miró a la pequeña y dijo "debería dejarla en la cuna, pero tengo miedo de hacerlo. Si se vuelve a despertar..."

"Si se despierta, yo me encargaré de ella y tú podrás dormir un rato" dijo Lena. "Pero antes, deberías comer un poco

Kara sacudió la cabeza. "No, no voy a permitir que cuides a las niñas. No sería justo. Ya me has hecho un gran favor al casarte conmigo... no puedo pedirte nada más".

Lena sonrió para sus adentros. La voz de Kara había sonado tensa, como si le estuviera acusando de algo.

"Puede que no, pero ahora estamos casadas" alegó ella. "Además, yo estoy mucho más descansada que tú... una noche en vela no me haría ningún daño. A ti, en cambio, te dejaría destrozada."

"¿Y si se despierta y hay que darle el biberón?"

"Se lo daré". Contestó Lena con confianza.

Kara la miró con escepticismo. "Los biberones están abajo. Solo tienes que..."

Esposa de Lena Luthor Where stories live. Discover now