Zestius

Ayuda inesperada

Lo estaba golpeando, otra vez.

Por suerte está vez pudo meter a sus huevitos en la habitación y cerrarla para que no lo vieran ser lastimado, pues se imaginaba que podía pasar si lo intentaban defender.

Los huevos estaban sentados en la cama abrazándose entre los 5 pues tenían miedo ya que podían escuchar el ruido de cosas rompiéndose, llanto y golpes pero él les ordenó, antes de darles un beso a cada uno, no salir sin importar que escucharán porque quería protegerlos.

Y como temía no le hicieron caso ya que buscaron algo con que defenderse para salir a ayudarlo, gracias a la iniciativa del huevo conocido como Frank.

-Al ataque!- Se pudo escuchar gritar a los hijos de la serpiente antes de chocar contra la puerta sin lograr abrirla, segundos más tarde la manija se movió y se abrió la puerta con dificultad.

-No...- Susurró Sir Pentius para luego verlos cómo atacaban sin hacer mucho daño y saliendo heridos, -No, Arackniss déjalos por favor!-

Se sentía inútil no podría defender a sus huevos al estar adolorido y débil, demonios, ni si quiera era capaz de levantarse!

Al escuchar como un cascarón se rompía tomo lo más cerca que tenía y con enojo lo estrelló en la cara de Arackniss dejándolo inconsciente, al ver lo que hizo se asusto pues él no era así; tomó a sus huevos y salió corriendo, poco a poco conforme avanzaba se sentía abrumado por todo lo que estaba viviendo hasta que, cayó inconciente en la acera.

Sus hijos lo arrastraron hasta un callejón para ocultarse, se alarmaron al notar como tenía heridas graves que sangraban por lo que dejaron a su jefe para ir a buscar ayuda.

Corrían mientras gritaban que los ayudarán, al ser cinco era imposible que alguien no les hiciera caso pero no importaba lo que hacian nadie les tomaba importancia, y no fue hasta que entraron en una cafetería que alguien no dudo en ayudarlos.

-Por favor ayuda!-

-Nuestro patrón está mal!-

-Wu uuu wu uuu!-

-Esperen chicos, ese no es el señor viejo araña que le gustaba al jefe?-

-Tiene razón!-

-Él nos ayudará!-

-Sii!-

Fueron a la mesa del overlord que parecía ver el menú de una forma algo extraña, (se intentaba ocultar).

-Señor araña!-

-Patrón!-

-Viejo!-

-Cómo me llamaste?- Gruño mientras sus ojos verdes se iluminaban y alzaba sus brazos para mostrar una especie de capa con diseño de telaraña, -Ustedes son los huevos secuaces de Sir Pentius, o me equivoco?

-Claro que somos sus secuaces!-

-Pero más que nada sus hijos!-

-Oh una disculpa por mi confusión hacia su relación- Decía Zestial mientras le daba un sorbo a su café.

-Perdonado!-

-No se preocupe!-

-Pasa a menudo!-

-Y por qué están aquí sin su padre?- Les cuestionó el overlord pues sabía que Pentius no era de dejar a esos huevos solos, más que nada porque les podía pasar algo malo.

-Ahhh...-

-No teníamos que decirle algo importante?-

-Creo que si-