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Desperté aún adormilado. Logré despertarme un poco y enseguida los recuerdos chocaron en mi mente. Bajé mi vista y me ví vestido, unos pantalones de chandal grises junto a una camisa olgada blanca. Sonreí al darme cuenta que era ropa de Hyunjin.

Me estiré y restregué los ojos, salí de la habitación para luego bajar las escaleras y encontrarme a un Hyunjin cocinando el desayuno. Me costaba andar y eso hizo que maldijese un par de veces, algo que no paso de desapercibido para el castaño.

— Buenos días, bonito.— Dijo para luego acercarse a abrazarme y besar mi frente.

— Buenos días, cielo.— Dije con voz ronca, me acerqué a su vez, cosa que hizo que me doliesen las piernas otra vez. — Mierda.

— Creo que debo ser más gentil.— Rió, yo le di un golpe en el brazo. — Vale, vale. Perdón.

Reí esta vez yo, mientras que oía la puerta abrirse. Giré la cabeza y encontré a la pelinaranja entrar.

— ¡Buenos días pareja! Anoche no vine a dormir, no sé si lo notaron.— Yo insconcientemente me sonrojé mientras Hyunjin siguió la conversación normal.

— Uhm, ¿estuviste con Ryujin? — La chica asintió emocionada.

— ¡Sí! Hablamos sobre su beso con Lia y me desmintió todo, ¡sigo teniendo oportunidad! — Dijo dando una vuelta sobre sí misma. — Total, nos quedamos dormidas viendo películas y ya me quedé ahí. Fue tan bonito.

Hyunjin rió y a su vez lo hice yo. Mientras que los hermanos seguían conversando yo hice un intento de ir hacia el sofá. Pero claro, me tenía que dar un pequeño dolor en mi cadera baja.

— Joder.— Maldecí bajo, pero Hyunjin se dió cuenta e interrumpió a su hermana y se acercó a mí, para luego ayudarme. — No soy un anciano, Hwang.

— Ahora mismo lo pareces, tienes los mismos dolores que tenía mi abuelo.

— Oh, quisiera saber cual es la causa de esos dolores.— Lo miré algo enfadado, pero era completamente por juego.

— Perdón, mi amor.— Volvió a decir y yo sonreí tiernamente, para luego darle un beso en sus labios.

— Parece que anoche se divirtieron.— Dijo Yeji graciosa, mis mejillas se turnaron de un color rosáceo y hyunjin sonrió con ternura al ver mi reacción, ocasionando que besara cada mejilla y yo formará un pequeño mojín en mis labios. — Que bonitos sois.

Reimos y nos quedamos un poco charlando, hasta que dieron las 11 y decidí que tenía que ir al menos tres horas a la universidad.

— ¿Me dejas vestirme y te acompañó? — Puchereo Hyunjin, asentí y corrió a su habitación, cosa que hizo que soltase una carcajada.

Yeji estaba tranquila viendo la televisión, envidiaba su tranquilidad a la hora de vivir. Mientras yo, estaba revisando la hora mientras metía prisa a Hyunjin.

— ¡Vamos, Jinnie! — Grité, poco después lo encontré bajando las escaleras.

— ¡Ya, ya! ¡Ya estoy!— Dijo para luego coger sus llaves. — Yeji nos vamos, ¡Te veo después!

Puso su dedo pulgar hacia arriba y se despidio con un "Adios." Para ambos. Salimos y nos pusimos en marcha hacia mi universidad.

— Cuando lleguemos a mi universidad te vas a ir a trabajar, ¿está bien? — Hizo un puchero con sus labios. — Mmh, mmh.— Dije en negativa. — Vas a ir a trabajar. Claro que vas a ir.

— Pero Felix...

— Ni peros ni nada. Vas a ir a trabajar y punto.— Dije para luego acelerar el paso y dejarle atrás.

Flechados | Hyunlix ✔️Where stories live. Discover now