14

12 1 13
                                    

Joo Hee despertó cuando sintió los brazos de Hyungsik envolverse a su alrededor. Sonrió y se preguntó cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se había sentido tan feliz. Su amor por él crecía más y más a cada segundo y sabía que no tardaría en igualar al tamaño del universo.

—Buenos días —él le dio un beso en la mejilla y la arropó con las mantas.

—Hola —lo saludó ella— ¿descansaste?

—Hacía mucho tiempo que no dormía tan bien.

—Ni yo, deberíamos... dormir juntos más seguido.

Hyungsik pensó en que había pasado mucho tiempo desde la última vez que había dormido con alguien. Para él, todo lo vivido con Joo Hee era un nuevo comienzo, era como si el sol hubiera vuelto a salir después de una tormenta que parecía interminable y amenazaba con acabar con todo.

—Estoy muy de acuerdo contigo.

Se quedaron un rato más en la cama y después se levantaron para hacer algo de desayunar y arreglarse para salir. Mientras Joo Hee preparaba un jugo de naranja, Hyungsik le ponía mermelada a unas tostadas, de repente se le ocurrió una idea.

—Me gustaría que fuéramos a visitar a mis padres —dijo.

Ella interrumpió lo que estaba haciendo y lo miró.

—¿De verdad?

Él asintió.

—Hace algún tiempo que no los veo.

—¿Por qué?

Él se acercó y se recostó en el mesón junto a ella.

—Después de lo sucedido con mi hija y del divorcio, me alejé de todo el mundo, ellos trataron de ayudarme, pero yo me sentía tan culpable y tan mal, que no quería hablar con nadie.

Joo Hee lo abrazó.

—Quiero hacerte feliz, tan feliz que el pasado no te duela de nuevo.

Hyungsik sonrió.

—Ya lo estás haciendo, pensaba que moriría sin volver a saber lo que es ser feliz, pero gracias a ti, todo ha cambiado.

Ella le dio otro beso, mientras pensaba en que él se merecía toda la felicidad del mundo porque con su llegada había cambiado su vida.

Más tarde, estaban recorriendo las pintorescas calles de Bukchon Hanok, tomados de la mano y vestidos con hanboks.

—¿Por qué decidiste ser enfermera? —preguntó Hyungsik, queriendo saber todavía más acerca de ella.

Joo Hee se quedó pensando un momento.

—Me gustaba la idea de ayudar a las personas. Lo quise desde niña, pero mis padres no creían que pudiera llegar a serlo.

—No me has hablado de tus padres.

—Cuando quedé embarazada... ellos me sacaron de su casa. Eran muy humildes y dijeron que no querían otra boca que alimentar, así que me fui a vivir con Kyung Sook y no volví a verlos.

—¿Ellos no conocen a Jae Wook?

—No, para él es como si los padres de Kyung Sook fueran sus abuelos.

—¿Y no... te preguntas qué habrá sucedido con ellos?

Joo Hee suspiró, había pasado tanto tiempo desde la última vez que había visto a sus padres, que casi empezaba a olvidar sus rostros.

—Pienso en ellos muy a menudo, pero sé que no quieren saber de mí ni de mi hijo.

Hyungsik le dio un beso en la mejilla.

𝑌𝑜𝑢𝑟 𝑒𝑦𝑒𝑠 𝑡𝑒𝑙𝑙 - 𝑃𝐻𝑆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora