¿Han oído hablar sobre cuentos de hadas? Pues estos niños crecieron con ellas.
Cada uno amando la hora en que su profesora los llamaba para la hora del cuento y escuchaban historias acerca de aquellas impresionantes criaturas.
Un día, como cualqui...
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15 de Julio 2002
La pequeña pelirroja subía al auto que su padre conducía. Con un pequeño puchero y su peluche de pingüino.
— ¡No quiero ir, papi! —se quejó.
— Tendrás que ir, bebé. Sabes que estoy muy ocupado en casa, además, podrás hacer nuevos amigos. —Tony Stark volteo a ver a su hija con una sonrisa.
— ¿Me prometes que después iremos por pizza y helado?
— Te lo prometo, fueguito. —dejo un beso en su cabeza pelirroja y encendió el auto para arrancar.
3 de marzo 2004
La pequeña pelirroja de seis años abrazaba emocionada su peluche de pingüino.
Los otros cinco se sentaron junto a ella armando un pequeño círculo al rededor de su profesora.
Por alguna razón, ese día la mayoría había faltado a clases, tal vez se debía a la intensa tormenta que azotaba las calles de California.
— ¿¡Ya nos contará la historia, señorita Whistepaimd!? —pregunto ansiosa la castaña junto a la Stark sacando una risita por parte de la adulta.
— Ya te he dicho, que es Wishperwind, pequeña Luna...—contesto la adulta sentándose frente a los niños—. Bueno, ¿Qué historia desean escuchar hoy?
— ¡Queremos una de hadas! ¡Hadas! ¡Hadas! ¡Hadas! —exclamo la niña rubia junto a la castaña.
— ¡No! ¡Mejor una de terror! —el niño pelinegro hizo una mueca "terrorífica"
— Lo lamento, Josh, pero hoy no habrá historias de terror. Hoy les toca a las niñas escoger. —las niñas les hicieron una mueca a sus compañeros.
— ¡No es justo! —se cruzó de brazos.
— Así que, hadas. Bueno, ¿Que les parece el hada Anastasia?
— ¡Si!
— Bien —la adulta les dió una sonrisa cálida y se levantó para tomar el libro del estante. Volvió a sentarse y lo abrió —. Había una vez, en un reino muy lejano, existía un bosque encantado. En aquel bosque encantado, existía una ciudad de hadas.
» En aquella ciudad, había hadas de todos los tipos. Hadas de fuego, de naturaleza, de curacion, de electricidad, de luz y de sombra. Pero un día, en aquella ciudad, llegó una muy mala bruja.
» Aquella bruja, se hacía llamar Anastasia. Y era un Hada de la oscuridad. Ella era incapaz de reír.
— ¿Ni con el chiste del perrito tiburón? —la pelirroja la miro inocentemente.
— No, Venus, ni con el chiste del perrito tiburón. Anastasia, añoraba poder sentir amor. Pero como no podía, y veía a todas las hadas de aquel pueblo ser felices y amorosas, sentía envidia.