22.🖤

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Advertencia:
Posible contenido+18.

Alaia.

Ya en el viaje de regreso me subo con mis amigas y dejo que Mackensi acueste su cabeza en mis piernas, ya no está llorando pero si está callada y muy pensativa.

Es comprensible porque su mamá tiene que ver en algo y ahora mi amiga dijo que ya no va a ayudar por mí que también lo va a hacer por ella, por los secretos. Los demás se quedaron en la limusina de Keler para dejarnos espacio a Aldo, Angie, Mackensi y a mí.

Lo cual agradezco.

No decimos nada en el camino y el conductor tampoco.

Llegamos y Aldo y mis amigas se encierran en la habitación y quiero ir con ellos pero me quedo dormida en unos de los sofá gigante de cuero de Carson.

Sueño que estoy flotando en el Aire con mi arco disparando a la gente molesta como lo es Keler.

Me sacuden la cabeza.

-Soñando conmigo Alaia, eso ya es obsesión- abro los ojos con la voz del principe.

-Y mirarme dormir es de sicópatas.

Le resta importancia.

Me incorporo adormilada y reparo mi alrededor, todo ésta semi oscura y no se escuchan las voces de lo demás.

Me siento y Keler no para de mirarme.

-Son las dos de la madrugada todos menos tu y yo están dormidos- dice con un astibo de sonrisa, pero creo que sigo dormida porque mantiene el rostro indescifrable.

Abro más lo ojos y siento que se me van a salir, Dios mío dormí mucho tiempo.

Ahora no tengo sueño.

-¿Tu que haces despierto a esta hora?- le pregunto con una mano en la cabeza.

-Resolviendo asuntos del parlamento con mi padre.

No sé que es eso pero me levato a la cocina a buscar una vaso de agua, el me sigue y me empiezo a poner nerviosa.

¿Que no tiene nada mejor que hacer?.

Bebo todo el vaso de agua y miro mi cuerpo y sigo con el uniforme pero descalza.

El usa camisa si mangas blanca que hace que se le note el cuerpo atlético que tiene, usa pantalón de pijama negro y sus pies están descalzos también.

Tiene el cabello revuelto y no como siempre que lo usa pulcro, se ve más suelto y más sexy.

Sacudo la cabeza, de esto ya había leído: hormonas adolescentes.

Se acerca al refrigerador y saca un envase que contiene mermelada de fresas , me hago de la que no le presta atención, se sienta en la isla de la cocina y empieza a comer con los chupándose los dedos y eso me hace acordar cuando el muy loco pensó que me andaba masturbando en un estacionamiento.

Me hipnotiza como chupa los dedos y se los mete a la boca, mi entrepierna empieza a cosquillear y me molesta que esos gestos de el den reacciones sesoxas en mí.

Intento pasar por su lado e irme pero me agarra de la muñeca y me ensucia un poco.

Le quiero reclamar por eso pero se inclina y limpia mi muñeca con la lengua.

Me empieza a latir el pulso rápido, quiero escapar pero el muy cabron me agarra de la cintura y me sienta en su regazo obligando a mi cuerpo por inercia poner las piernas a cada lado de su cadera.

Le veo a los ojos y su iris gris se vulve oscura y trago saliva.

No sé que juego estamos jugando pero no lo quiero perder por cobarde.

Soy famosa no princesa.Where stories live. Discover now