28.🖤

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Que valiente te ves temblando de miedo,
pero arriesgándote a vivirlo.

-J. Guerrero.

Alaia.

Le cuelgo, sí le cuelgo. Me quedé callada por unos segundos y eso fué lo que hice le colgué a la persona con más ego que he conocido en mí vida, y lo que es peor es el que me gusta.

No sé que me pasó.

Cuando dijo todo eso, en su voz se escuchaba como si fuera a explotar el móvil, así que solo... colgué.

Una reacción muy inmadura de mi parte pero ni sistema nervioso dijo: ¡corre!.

La voz del tío Nate llamándome me hace apagar el móvil. Acomodo todo y recojo mis cosas sin olvidar nada. Cuando estoy afuera de la habitación con la maleta, el me abraza por los hombros y juntos salimos del hotel. Afuera espera mi padre listo para ir al aeropuerto.

Fueron muchas horas de viaje y lo primero que hice fué tirarme a la cama, no se que horas son, estoy dormida pero mi lado consiente se alarma cuando siento un caminar por la habitación, mantengo los ojos cerrados, igual deben ser que si en realidad estoy soñando. Me pongo rígida cuando la cama se unde un poco con el peso de alguien.

Se que eso está en mí espalda, como estoy de medio lado sin hacer ruido, con mi brazo debajo de la sabana agarro una lámpara que está en la mesita de noche.

Pobre lámpara.

Me siento en la cama y la persona se levanta igual de rápido, no le da tiempo de nada porque igual la lanzo.

Pensé que la lámpara iba hacer ruido pero no, la sombra agarra después que le dí en la cara. Voy a gritar pero...

—El mejor recibimiento.

Dice con sarcasmo.

Esa voz.

¡Ay es el!.

Es Keler, ¡Dios es Keler!

Arrugo el edredón de la cama entre mis dedos, así esté oscuro puedo ver perfectamente el impacto de su plateada mirada en mí.

Abro y cierro la boca repetidas veces, camina hacia la mesita de noche y deja el objeto ahí sin encenderla. Suelta un casi no entendible quejido de dolor, me levanto con mis piernas temblando y me le paro en frente. Tengo muchas pero muchas preguntas en mi cabeza pero..

Alzo la palma de mi mano y le volteo la cara de una cachetada.

Tenía tiempo queriendo hacer eso, por cabron.

—Eso fué por asustarme,—arquea las cejas— y esto es por venir—lo agarro del cabello y uno sus labios con los míos.

Me olvido del hecho de que apareció así de la nada, casi deben ser como las cuatro de la mañana.

Su sabor se fusiona con el mío, me toma de las caderas acariciando con sus dedos mi piel por encima de la camisa, tengo que pararme de puntas para poder tener más acceso al beso, pero no hace falta porque pasa un brazo por mi espalda baja y mi cuerpo se alza unos centímetros.

Soy famosa no princesa.Where stories live. Discover now