Capítulo 15: Está aquí.

1K 133 14
                                    

Shōto se atormentaba internamente.

Había asumido el cargo de gerente que le correspondía en la empresa de su padre y seguía acatando sus órdenes para mejorar, porque esa posición no era suficiente, necesitaba mínimamente ser vicepresidente adjunto para ir por Izuku.

Había dejado todo por lo que trabajó y se esforzó. Al final haría lo que su padre quería solo si de esta forma lograba recuperar al chico de pecas.

Sentía una agria sensación.

Katsuki había llegado un día anunciando que Izuku finalmente se había casado y esa misma noche lloró con amargura, pero fue un impulso más fuerte para esmerarse e ir por él.

El drama y los altibajos empezaron hoy, cuando después de meses, Katsuki volvía con otra terrible noticia.

—Está embarazado.

Aquello en cierta parte lo rompió.

No sabía qué pensar, no sabía si tenía caso seguir obedeciendo al estúpido de su padre o si de hecho, aún tenía la posibilidad de recuperar al omega.

—Pero por alguna razón, la marca no se concreta. Suponen que es por el bebé, la verdad es que yo no estoy tan seguro.

Aquello lo hizo levantar la cabeza esperanzado.

Si Izuku aún no estaba marcado, aún tenía la oportunidad de estar a su lado.

El cachorro que el pecoso esperaba no iba a ser un obstáculo, al contrario, sería una motivación.

Motivación para trabajar más duro, demostrarle a su padre que merecía más responsabilidades en un puesto más alto y así ganarse a la familia de Izuku. En tal caso podría ir a por él.

—De ser el bebé, la razón por la que no puede ser marcado, tienes un límite de tiempo para ir tras él— Suspira Katsuki cruzando sus brazos —Cuando nazca, lo más probable es que Himiko quiera intentarlo nuevamente.

—Me ocuparé de ello— Tranquiliza al menor.

Bakugō asiente antes de retirarse.

Bueno, consiguió el puesto de vicepresidente adjunto. Finalmente estaba tomando la relevancia que necesitaba para lograr su cometido.

Aunque por dentro se sentía mal por haber usado a su favor su posición como hijo del CEO y haberle sacado el jugo a cada uno de sus subordinados.

—Los recompensaré con vacaciones pagadas— Murmura, culpable.

Pero el hecho de que sienta culpa, no significa que se arrepienta, porque no lo hace, absolutamente no.

Estaba siendo egoísta y avaricioso, pero realmente necesitaba regresar con Izuku, su lobo lo martiria cada día exigiéndole buscar al chico.

Su teléfono suena, responde al instante cuando lee el apellido de su ex-alumno en el identificador de llamadas.

—¿Pasa algo con Izuku?— Pregunta sin rodeos, dejando en claro cuáles son sus prioridades.

—Tiene contracciones. Parece que entrará en labor de parto pronto.

Su respiración se detiene.

Quiere salir inmediatamente y hacer guardia en donde sea que el pecoso se encuentre, para cuidar de él y del cachorro. Pero tiene trabajo.

Y todo su plan se iría a la mierda si lo dejaba así por así. La única forma de que la familia del menor lo acepte, sería con una buena posición social y eso es lo que estaba teniendo, solo necesitaba estabilizarse. Un descuido podría hacer que la competencia tome ventaja.

—Gracias, mantenme informado.

—No me digas qué hacer que ya no eres mi profesor.

Cuelga la llamada con un suspiro, revisa su reloj.

—Señor Shōto, tiene una reunión ya— La secretaria de Iida entra sin avisar.

Bufa, ella le desagrada, no lo respeta.

—Toca la puerta, Kemy— Gruñe saliendo, ella solo rueda los ojos.

—¡Es tan bonito! ¡Mi bebé! ¡Mi cachorro!— Himiko carga al niño con orgullo.

—Pero se parece bastante a Izuku...— Gruñe con desaprobación el señor Toga, padre de esta misma, quien esperaba ver sus genes en el cachorro, llevándose una gran decepción al notar que tenía el cabello oscuro y pecas.

—Eso solo lo hace más lindo... ¡Mira! Tiene los ojos grises, como tú... y nuestro cabello lacio— Aclara la rubia, defendiendo al niño.

El rubio asiente, aún no tan convencido.

—Quiero otro nieto, este se parece demasiado al chico.

—¡Sí! Pero dejaré que descanse primero hasta su celo. Te daré un cachorro igual a nosotros, papá.

—Ojalá este niño sea un alfa, al menos.

—Lo será, papá, ya lo verás.

Katsuki oía la conversación tras la puerta, gruñía furioso al oír cómo le encontraban defectos a un recién nacido.

—¿Kacchan?— Pregunta el omega, despertando de su reposo.

—¿Cómo te sientes?— Se aleja de la puerta para acercarse al menor, toma sus manos con cariño.

Luce agotado, cansado, derrotado. El parto definitivamente le había chocado.

—¿D-dónde está...?

—Iré por él, tranquilo...— Sale de la habitación.

No hace falta buscar, encuentra a Himiko en el pasillo, vuelve a gruñir al notar lo descuidada que fue dejándolo, literalmente sobre las sillas y dándole la espalda para conversar con su papá.

Va furioso y carga al recién nacido con protección, ve a la rubia sobresaltarse y dar la vuelta, pero cuando ella nota que se trata de Katsuki, retoma su conversación despreocupada.

Rueda los ojos para ingresar a la habitación del pecoso, que se levanta con una sonrisa.

—Mira, es precioso, Deku— Se acerca, sentándose a su lado, ofreciéndole al cachorro.

Izuku lo toma con cuidado, con miedo, miedo de dañar al ser más bello del planeta que su cuerpo fue capaz de crear.

Katsuki tiene razón, su hijo era precioso.

Katsuki lo acompaña mientras arrulla al niño que dormía tranquilo porque estaba en brazos de su padre.

Izuku empieza a llorar, aún sin creer que aquella pequeña bolita de amor era suya, besa su frente con felicidad pura.

—Ah, despertaste, ¿Ya descansaste lo suficiente? Vamos a casa, tengo hambre— Ordena Himiko entrando.

Por supuesto que no descansó lo suficiente, su canal de parto arde y todo el cuerpo lo siente entumecimiento, pero asiente complaciendo a la alfa.

No sabía que te necesitaba. [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora