Capítulo 25: Me siento enfermo.

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Algo está mal, lo supo desde el momento en que sintió miedo inexplicablemente gracias al vínculo que tenía con Izuku.

Tembló un poco y dejó absolutamente todo lo que hacía para salir de casa y salir directo al parque, conoce al menor, sabe a la perfección el lugar en que suele sentarse, mas no lo encuentra.

-Buenas tardes, disculpen, ¿Vieron a un joven y un pequeño acá?- Se acercó una pareja que tenía cierto dinosaurio de juguete en manos, no es que sea una pista real pero existe la posibilidad de que sí -Mide uno sesenta y seis, tiene ojos verdes, pecas, cabello rizado...

—Sí, estábamos con él hasta hace diez minutos— Explica la alfa, haciendo memoria —De la nada tomó a su cachorro y salió corriendo,

La omega señaló la dirección por la que Izuku salió.

—Se encontró con unas personas ahí y parecieron discutir, luego se fueron juntos, por la prisa dejaron esto— Narra, entregándole el dinosaurio de juguete.

—¿Cómo eran ellos? ¿Lo saben?

—Era una mujer rubia, un hombre peliceleste, uno castaño, un... Ay, no puedo decirte con exactitud, pero tuvo más conversación con la rubia.

Agradece para ir hacia donde apuntó la chica, aspira el ambiente percibiendo que, en efecto, Izuku estuvo ahí, también reconoció el inconfundible olor a sangre de Himiko y otros más.

Un pequeño llavero llama su atención, reconoce que es de su esposo al ver que tiene las marcas de dientes de Ai.

Toma su celular para pedir ayuda.

No le gustaba en lo absoluto.

Se sentía mareado y adolorido, Himiko no dejaba de penetrarlo desde atrás mientras él vomitaba en el suelo.

La marca que tenía no le permitía ser tocado por otro alfa, lo único que lo reconfortaba era oír el llanto de Ai en la habitación continúa, lo que indicaba que el cachorro estaba vivo y no le habían hecho daño.

—Cuando acabemos podrás atenderlo, así que esfuérzate o él seguirá sufriendo.

Vuelve a sollozar, pero empieza a menear sus caderas para ir al ritmo de ella, nuevamente escupe bilis y se marea, pero debe aguantar. En cualquier momento Shōto vendrá a salvarlo, confía en su alfa, su única prioridad en estos momentos es obedecer para que no toquen a su hijo.

Himiko por último gime terminando en Izuku y anudándolo, el omega llora por el dolor que le causaba la hinchazón.

—Bueno, parece que tendrás que esperar a que esto baje— Se burla la rubia, besando su nuca. Esta vez sale sangre de los labios del menor, ella lo ignora.

Luego de unos largos minutos en los que lo único que podía oír era el desesperado llanto de su cachorro llamándolo, fue liberado y la puerta abierta.

Tambaleante se levantó y corrió con todas sus fuerzas restantes para tomar a Ai en brazos y envolverlo en su aroma.

—Nam-nam— Suplica el menor, Izuku entiende la petición y se hace bolita en el piso para amamantar a su pequeño, que exigía comida. Por suerte su cuerpo aún era capaz de producir leche.

Una vez relajado, se percata de su cuerpo, su entrada arde debido a que Himiko ingresó sin lubricación, no duda que de seguro logró desgarrar ahí abajo.

Tose un poco y arrulla a su niño, fuerza sus feromonas para dormirlo y echarlo con delicadeza en el piso, hace frío, por suerte había abrigado bien a Ai antes de salir, se echa a su lado para descansar también, protegiéndolo inútilmente con sus brazos.

Shōto sisea en el auto, tocando su pecho, empieza a desesperarse, Izuku la estaba pasando mal y su lobo lo siente, aulla levemente con tristeza y dolor.

Tōya lo ve desde adelante por el espejo del retrovisor mientras conduce, desconociendo el dolor que experimentaba su hermano menor por medio del vínculo que lo enlazaba a su omega, pero tiene entendido que es uno fuerte y hasta exasperante.

Acelera al divisar su objetivo a lo lejos, saliendo de la ciudad, necesita alcanzarlo.

—¡Te pasaste una luz roja, imbécil! ¡¿Quién mierda te dio la licencia?!— Katsuki, aterrado, se aferraba al cinturón de seguridad y a la manija del techo.

—Sujétense— Advierte el albino, cada vez más cerca al auto delante suyo.

—Tōya, vas a chocar...— Avisa Shōto, imitando a Katsuki desde el asiento trasero.

—Ese es el plan...

—¡¿De qué mierda hablas?!— Grita Katsuki —¡Detente, bastardo! ¡Pisa freno, pisa freno!

—No hay tiempo para eso, Bakugō...— Acelera más.

Katsuki no puede evitar las lágrimas que empiezan a salir de sus ojos.

—¡Puta madre, no llevo ni un mes de casado y ya mi esposo se va a quedar viudo! ¡Detén el auto! ¡Detén el auto! ¡Detén el auto!— Chilla el rubio —¡DETÉN EL MALDITO AUTO!

Dabi hace caso omiso y cierra sus ojos al ver que no quedaba nada para estrellarse con el auto frente a él, recibiendo el impacto que fue suficiente para volcar el auto contrario, quedando fuera de la carretera.

Tose un poco.

—Detuve el auto.

—Hijo de perra— Susurra Katsuki.

—Estoy vivo...— Shōto se asombra.

—Este bebé fue hecho precisamente para esto, es increíble, ¿No?— Tōya sonríe orgulloso, viendo que el carro recibió pocos daños visibles por fuera, y por dentro las bolsas de aire redujeron la fuerza con la que impactaron.

Tōya desinfla su bolsa de aire y sale para enfrentar al chofer que acaba de impactar.

—Voy a matarlo— Katsuki lo imita, Shōto también.

Ambos se dirigen a Tōya que sacaba a cierta persona del vehículo negro.

—¿E-estás loco? Casi me matas— Se queja Tomura.

—Pero no lo hice así que no te quejes y empieza a hablar, ¿Dónde está Izuku?— Exige saber, levantándolo por el cuello de la camisa.

_¿Qué te hace creer que yo lo sé?

—Sé que lo sabes, idiota. Solo quiero su información, no pido tu ayuda para rescatarlo.

—Himiko es mi mejor amiga.

—Y se supone que yo seré tu esposo así que habla.

Shigaraki rueda los ojos dándole la razón.

—No duermas o te castigaré— Gruñe Himiko tirándole un balde de agua encima, por suerte Izuku reaccionó rápido y cubrió con su cuerpo a Ai para que no sea empapado —Ven acá, déjame follarte, tengo ganas.

El omega asiente, se quita la camisa mojada para extenderla en el piso y sale tras la alfa, que nuevamente lo obliga a tener sexo, causándole daño gracias a la marca, que hacía que Izuku sea intolerante al tacto de otro alfa y por ende, se enferme.

Siente su cuerpo arder, la garganta seca, sus músculos pesados, mas debe seguir consciente por temor a que le hagan daño a su pequeño.

No sabía que te necesitaba. [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora