Capítulo 6. Pablo

230 32 64
                                    

Le dedico este cap a mi espose tupaulistx_fav
Espero me comentes el cap<33

Le dedico este cap a mi espose tupaulistx_favEspero me comentes el cap<33

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Álvaro

—Pero Bea, es que no entiendo, solo le dije mi nombre y se fue—retomé la misma conversación que mantuvimos minutos antes.

Comenzaba a pensar que mi amiga estaba a punto de irse y dejarme aquí por no dejar de sacar el mismo tema cada cinco minutos.

—Quizás tenga un trauma con el nombre "Álvaro", quien sabe—encogió sus hombros.

—No seas ridícula—caminaba de un lugar a otro por la habitación—¿y si le parecí raro? No podré volver a acercarme después de esto.

—No hiciste nada mal, solo te acercaste a hablar, no sabes lo que pudo haberle surgido a...—chasqueó sus dedos intentando recordar su nombre.

—Pablo—recordé.

—Eso, solo, no le des más vueltas. En el sentido literal también—habló refiriéndose a que me encontraba caminando en círculos por la habitación.

—Tienes razón, ni siquiera sé porque me comporto así—tomé asiento a su lado.

—Porque te gusta—aseguró dando golpecitos en mi cabeza.

—Pero qué tonterías dices Bea, sólo intercambié dos palabras con él y...ni siquiera salió como esperaba—admití.

—Te conozco, no te comportarías así si no te gustara—aseguró nuevamente—Ahora que lo pienso, no te comportas así desde que...—paró de hablar abruptamente como si estuviera diciendo algo malo.

—¿Desde qué?—pregunté.

—Nada. Olvídalo—restó importancia.

—No, ahora me dices, no me puedes dar la mitad de la información y dejarme en duda—dije.

—Que no era nada, solo tonterías mías—de pronto, soltó una breve exclamación, como si acabara de recordar algo—Dijiste que se llamaba Pablo ¿no?

—Así es, ¿por qué?—asentí, a lo que ella respondió con una sonrisa.

—¿Qué te parece si vamos a aquella cafetería?—preguntó.

—No estoy entendiendo absolutamente nada—la situación era demasiado confusa, creo que había perdido el rumbo desde que la comencé.

—Solo cámbiate—ordenó—Iré a hablar con tu chico misterioso—sentí como mis mejillas tomaban un color carmesí por aquel pronombre posesivo que había utilizado.

Antes de darme tiempo para decir algo más, Bea agarró mi brazo, sacándome de aquel piso al instante. Solo bastaron un par de minutos para que llegáramos al coche y subiéramos a este en dirección a la cafetería.

—Igual, no te sorprendas si no está, no siempre lo veo por aquí—hablé una vez estuve frente la puerta del local.

Ella hizo un ademán con la mano, dirigiéndose al instante al interior de la cafetería. Yo la seguí un par de pasos más atrás. Podía observar cómo esta miraba detalladamente en su búsqueda, cosa que se me hacía extraña, porque yo nunca le había mencionado su aspecto, y mucho menos esperaba que se conocieran.

—¿Lo ves?—preguntó.

—No...quizás no esté, te dije que casi nunca lo veo por aquí—expliqué nuevamente.

—Pues sentémonos y esperemos, no tengo nada que hacer hoy—con un extraño entusiasmo, tomó asiento en la primera mesa libre que encontró.

—Sigo sin entender lo que está pasando—murmuré.

—¿No puedo conocer a mi futuro cuñado sin que me repliques?—dijo esta.

—No digas esas cosas, ni siquiera me gusta—Bea solo me dio la razón irónicamente, mientras paseaba su mirada por todo el lugar.

De un momento a otro, ella levantó su brazo con efusividad como si saludara a alguien. Giré mi cabeza hacia esa dirección y lo vi. Estaba allí de pie con una mueca extraña plasmada en su rostro.

Mi amiga se levantó casi al instante, dirigiéndose donde él se encontraba. Intenté detenerla sin éxito, así que no tuve más remedio que ir a su lado esperando que no dijera nada que me dejara en ridículo.

—Encantada. Pablo. Soy Bea—su forma de pronunciar el nombre del chico me dejo dudando más, lo había recalcado tanto que parecía como si intentara explicarle su propio nombre.

—Encantado—susurró.

—¿No te gustaría sentarte con nosotros?—preguntó mi amiga después de unos largos minutos incómodos.

—Oh...es que debo terminar...unas cosas—habló a la par que enseñaba su cuaderno para hacer saber que si tenía que hacer algo.

—No te preocupes, para otra vez será—

En todo el tiempo que estuvimos, o mejor dicho, Bea estuvo hablando con él, no pude decir una mísera palabra, solo me encontraba allí junto a mi amiga, intentando unirme o al menos entender lo que hablaban.

Finalmente, después de un par de minutos más, nos volvimos a sentar en el mismo lugar de antes.

—¿No crees que nos podemos ir?—pregunté.

—No. Se me ha antojado un café—habló con rapidez.

—Bueno—respondí simplemente.

Esta se levantó dirigiéndose a la caja y yo aproveché para mirar un rato el teléfono para matar el tiempo.

Comenzaron a pasar los minutos y mi amiga no aparecía. Estuve apunto de ir en su búsqueda, cuando ella apareció de nuevo.

—¿Dónde estuviste? Tardaste media hora para haber ido solo a por un café—la miré acusatoriamente.

—Tardaron un poco—dijo.

—¿Y donde se supone que está?—su rostro cambió comenzando a titubear.

—Lo tomé a la vuelta—antes de que pudiera volver a replicar, esta habló—Bueno, ¿qué tal si nos vamos?

Si soy sincero, este fue el día más confuso de mi vida.

🍂🍂🍂

Helouuuu, ¿cómo estáis?
No quería dejaros esta semana sin cap, así que aquí está.
Por ciertooo, muchísimas gracias por las 1K vistas!!
¿Que les pareció? Cuéntenme<3
Espero les haya gustado, no olviden votar y comentar.
Sin más que decir
Se despide Julia Black

Changes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora