19 pruebas y verdad parte dos

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Mientras Jasper conseguía la información necesaria para ayudar a su hermana, la cual ya casi estaba completa y sería entregada a Elizabeth al día siguiente de la despedida de soltera de Madeleine.

En la corte de Rumanía, se declaró que la mejor forma de llevar a Jasper y Elizabeth a Rumanía era fingir sus muertes, pero tendrían que esperar a que Elizabeth limpiara su reputación e imagen pública. Vladimir ordenó a su hermano Jackson que siguiera muy de cerca a Elizabeth, y al duque Alexander que siguiera a Jasper, pues esa era la única forma de estar seguro de que todo saldría bien.

Al pasar de los días, la investigación de Elizabeth y los demás dio sus frutos, pues habían dado con el paradero de Tariq. Obtuvieron el número de la tarjeta de crédito con la cual habían hecho la transferencia a la periodista, y su hermano tenía completa esa información que la desvinculaba de cualquier delito de lavado de dinero. Pudieron poner en marcha su plan.

—Parece que todo esto ya está por llegar a su fin,—dijo Drake, serio.

—¿No te parece curioso que Tariq se encuentre en Las Vegas y justo la despedida de soltera de Madeleine sea en Las Vegas?,— señaló Maxwell.

—Olvídate de eso, Maxwell. Es la oportunidad perfecta para que Elizabeth encuentre a la persona que contrató a la periodista. Esta noche sabremos quién fue la culpable,—comentó Bertrand.—Elizabeth, espero que hayas reservado la discoteca para la despedida de soltera,—agregó Bertrand.

—Está todo listo para esta noche, Bertrand. Mientras ustedes buscan a Tariq, yo aprovecharé para descubrir al autor de todo esto,—respondió Elizabeth.

El grupo de mujeres nobles se reunió en la lujosa discoteca que Elizabeth había reservado. Vestidas con atuendos llamativos y llenas de energía, las chicas comenzaron a recorrer los lugares más exclusivos de aquel lugar. La música vibrante y las luces parpadeantes crearon el ambiente perfecto para una noche que prometía ser inolvidable. Elizabeth finalmente encontraría a la culpable; con cada paso, la despedida de soltera de Madeline se volvía más audaz y emocionante. La suite privada de la discoteca se transformó en un epicentro de diversión, con la piscina del piso superior convirtiéndose en el escenario de juegos acuáticos salvajes. Risas, gritos y la música atronadora resonaban en el aire mientras las chicas disfrutaban de la noche llena de excesos como nunca antes.

Elizabeth aprovechó para revisar una a una las tarjetas de crédito y descubrió que la responsable era Maideline. Aunque sabía que era imposible que la prensa le creyera, ya que estaría culpando a la futura esposa del rey, anotó la información de la tarjeta de crédito y lanzó una señal a Maxwell, quien estaba disfrazado como mesero, al tomar el pedazo de papel. En ese instante, Penélope, que se encontraba algo aturdida y desorientada, tal vez por el excesivo consumo de alcohol y otras sustancias, que había ingerido debido a la ola de emociones que había experimentado durante aquella noche.Empezó a sentir un calor, provocando un sudor excesivo, se puede decir que algo excitada por las combinaciones de alcohol y las demás cosas que había probado. Agarró a Maxwell del brazo y se dejó llevar por la extinción que se empezó a desembocar por todo su cuerpo, besando de una manera agresiva a su acompañante, era igual a un animal en su estado de celo, esto tomó por sorpresa a Maxwell que se vio embriagado esta repentina acción de Penélope. No tardó demasiado en deshacerse de su ropa al igual que ella, quedando en solo ropa interior, siguiendo así con los besos obscenos por todo su rostro, bajando por la mandíbula y llegar así hacia sus pechos, donde los tomó de una manera desenfrenada, chupando de ellos igual o peor que un bebé necesitada, mordió y beso cada parte de ellos mientras con la otra mano masajeaba el otro. Siguió dependiendo hasta toparse de cara su feminidad, algo húmeda por lo que había estado pasando, mordió descaradamente su ropa interior y bruscamente se deshizo de ella, introdujo su cara en ella, cupo, beso y lamío como si de su propia boca se tratase, a esta punto los gemidos de Penélope era audible para cualquier persona que estuviera dentro o cerca de la habitación.

Pasos de realezaWhere stories live. Discover now