Un niño

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- ¡Esta es la tercera vez que te metes con ese muchacho! No cambias demonios, siempre es lo mismo contigo, personas como tu no deberían tan siquiera pisar estas instalaciones

Second solo frunció el seño, chasqueando su lengua al escuchar el regaño de aquel anciano, profesor de química. Al lado de el se encontraba otro profesor, el de historia para ser exactos.

- ¡No eres más que un inútil! Descerebrado como un cavernicola - siguió hablando el anciano, siendo callado por el otro profesor

- Profe, esas cosas no debe de decirlas, mucho menos a un jovencito de su edad. Yo me encargo de él, usted porfavor vuelva a su clase

El anciano sacudió su ropa indignado, viendo de mala gana al joven que en ningún momento bajo la mirada.

- Tenga cuidado, este chico es conocido por golpear profesores más bajos que él - hablo antes de irse por el pasillo

Prusia, el profesor de historia, suspiro luego de cerciorarse que el otro hombre ya se halla ido.

- ¿Te encuentras bien? - pregunta el mayor dando un paso al frente

- ¿Que le importa? - responde de mala gana el alemán

- Tienes razón, no me importa - responde el Prusiano - no tienes que decirme que fue lo que paso, pero al menos acompáñame a la enfermería para tratar tus golpes

Second hizo una mueca, aquel profesor no llevaba mucho tiempo ahí, tan solo al rededor de 3 semanas y sin embargo ya era el favorito de muchos. El menor dio un paso al frente para intimidar al mayor, pues a duras penas y le llegaba a los hombros. Bueno, en realidad casi todo mundo le llegaba por debajo de los hombros, no era para más al tener una estatura de 1.85 a sus 17 años.

- ¿Umm? ¿Tratas de intimidarme con tu altura? Lo siento, eso no funciona conmigo. Vamos

Sin esperar alguna respuesta el Prusiano comenzó a caminar hacia la enfermería, a decir verdad no creyó que el muchacho se tomara la molestia de seguirlo, pero ahí habían llegado ambos.

- Creo que en las 3 semanas que llevo aquí no te he visto en ningún momento sin moretones - comenta de la nada el mayor mientras limpiaba las heridas del otro chico - ¿Quien ganó?

- ¿eso es relevante?

- No realmente, solo es curiosidad

Second no respondió, solo dejo que el mayor tratara las heridas en sus manos, había golpeado bastante fuerte al idiota. A decir verdad nisiquiera había un ganador, nunca lo había si se trataba de ese chico. Su compañero de clase, un ruso de 1.90, capitán del equipo de béisbol, las disputas que tenía con el por lo general siempre eran detenidas bien por los profesores o cuando escuchan las sirenas (si es que por casualidad se encontraban en la calle)

- Bueno, ¿Second verdad? Ya terminé

Sin decir una sola palabra de agradecimiento, se levantó de su asiento y se dirigió a la salida, dispuesto a irse a cualquier otra parte menos al salón.

- No eres un inútil ¿sabes?

El mayor observo con una pequeña sonrisa como el chico se había detenido unos segundos en la entrada sin voltear a mirarle, para luego irse a paso más apresurado. Dirigió su vista al asiento donde antes estaba el chico, le recordaba en cierta manera su juventud.

A paso rápido cruzaba los pasillos, apretaba sus dientes con rabia, si no lo golpeó fue simplemente porque no quería más problemas ¿quien carajos se creía? Su amabilidad no era más que hipocresía, le jodia la gente así.

Las clases estaban a punto de terminar, no demoraba en sonar la campana y en salir el resto de gente. Tenía ganas de esperar al ruso a la salida, pero si ganaba una expulsión eso quería decir que tendría que quedarse en su casa. Odiaba eso.

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