CAP. 11

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Las 11:59 y de verdad rogaba por qué todo lo que sabía de la falla del sistema fuera enserio. La media noche llegó de repente y comenzó a escuchar el movimiento fuera, los guardias de seguridad se movían hacia las entradas para cuidar durante la falla.

Salió de su habitación cautelosamente caminando por todo el pasillo hacia la reja de la sección en donde ella se encontraba, la abrió lo más silenciosa posible y caminó hasta encontrar la sección infantil. Entró sabiendo que había olvidado preguntarle a Jungkook en qué nivel del pasillo se encontraba la habitación; pronto se dió cuenta de que las puertas de cada habitación tenían un letrero con el nombre de cada niño en ellas.

Caminó unas cuantas puertas más y ahí estaba, frente a ella un letrero que la sorprendió bastante y, no fue por los bonitos dibujos y colores sino más bien, fue el nombre... °Jeon-Manoban Suni°. Jungkook claramente había puesto su apellido pero, jamás pensó que pondría también el de ella; pensó por un momento que tal vez él cambiaría pero, había estado tanto tiempo encerrada en ese lugar y había estado conviviendo tanto con Jungkook antes y durante el psiquiátrico que, sabía perfectamente que estar cerca de él no era del todo sano.

No lo pensó más y entró a la habitación. La miró ahí, dormida dentro de la cuna... tan bonita, tan tranquila; quería llevársela y meterla en una caja fuerte para que nunca nadie pudiera lastimarla, quería volver a tenerla dentro de ella, en su vientre para protegerla del mundo. Era hipnotizante mirarla, observar cada una de sus facciones y lo mucho que había cambiado desde el primer día, lo pequeña que era y lo frágil que se veía.
Estuvo ahí unos minutos más hasta que reaccionó y recordó que no debía tardar mucho pues, el sistema volvía después de 30 minutos; le dió cuidadosamente un beso en la frente para no despertarla, y con sus ojos húmedos salió de la habitación corriendo por los pasillos hasta llegar a su propia habitación y escuchar como los guardias volvían a sus comunes posiciones.

Y se fue a dormir, sabiendo que pronto no tendría que despedirse de ella y podría verla dormir toda la noche.

(...)

Los dos días habían pasado tan lento por la ansiedad y la preocupación. Lo único bueno que había sacado de la espera, era que ambas noches había podido ver a Suni y por suerte, la noche anterior la había encontrado despierta y tuvo la oportunidad de dormirla mientras cuidaba que la dichosa enfermera que la cuida, no llegara y la encontrara ahí.

Las chicas llegaron como de costumbre, antes que Jungkook y con montones de chucherías para la enfermera que las dejaba pasarlas a la habitación.

—Buenos días. -dijeron al unísono, emocionadas por ver a Lisa de nuevo.

Ella les sonrió mientras las miraba entrar a la habitación y cerrar la puerta.
Todas se sentaron en el suelo formando un extraño círculo y Rosé sacó todo de su bolso para que todas comenzaran a comer.

—¿Lo hiciste? -preguntó de repente Jennie con una paleta en la boca.

—Si. -sonrió masticando un dulce que Rosé le había dado a probar.

—Bien... -suspiró Jisoo.- lo demás lo hacemos nosotras.

—Porfavor dinos que tiene el sueño pesado. -se quejó Rosé.

Todas rieron en respuesta.

—Si, lo tiene.

Iba a ser difícil pues, Jimin les aseguró que sería más fácil sacarlas por separado y la única manera era sacando a Suni primero y la única manera que se les ocurrió, incluía una gran bolsa de mano y a la bebé dormida. Después de eso, se venía lo más difícil, incluyendo las pequeñas clases de actuación que Jisoo le tuvo que dar a Lisa para fingir su reacción al "posible secuestro" de su bebé.

—Estará bien... -habló Jennie.- estará con nosotras, nosotras vamos a cuidarla.

—Te prometemos que la cuidaremos bien. -aseguró Jisoo.

—No importa lo que pase, Jungkook nunca volverá a saber de ella. -mencionó Rosé.

Le prometieron de todo para calmarla, y lo único que ella esperaba era que cumplieran sus promesas sin importar lo que pasara.

—Tenemos que ir a ver el lugar por nosotras mismas. -continuó Jennie mientras se levantaban.- Tenemos que saber cómo vamos a entrar y salir sin que sepan que va con nosotras.

—Volveremos mañana. -prometió Jisoo abrazando a Lisa para despedirse de ella.

—¿Lo harán mañana? -preguntó asustada.

—Tiene que ser lo antes posible. -aclaró Rosé.

—Hoy revisamos el lugar y, -suspiró Jisoo.- mañana la sacamos de aquí.

Lisa aún estaba indecisa pero sabía que eran solo los nervios. Asintió y se despidió de ellas para después, prepararse para ver a Jungkook sabiendo que pronto no volvería a verlo nunca más.

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