8. God Only Knows

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JUANJO

Cantar una canción de amor con la persona de la que me estaba pillando no entraba en mis planes, por lo que cuando Noe dijo nuestros nombres para cantar God Only Knows me entro un miedo terrible. No quería exponerme así delante de miles de personas, aún no estaba preparado para eso, pero esto era Ot no teníamos otra opción.

Y por si eso ya no fuera poco, al parecer Martin debió notar que no estaba cómodo y de alguna manera le afectó a él también. Llevaba bastante tiempo raro pero en la merienda se echó a llorar, confirmado mis sospechas de que le pasaba algo. No supe reaccionar, ni siquiera logre levantarme de la silla para ir a consolarlo, me quede ahí sentado sintiéndome la persona más miserable por hacerle sentir mal y ni siquiera poder consolarlo, hasta que se marchó con Noe. Ni siquiera sabía al cien por cien si era por mi, pero en mi mente no se paraba de repetir la idea de que sí que lo era.

- ¿Estas bien? - la voz de Bea captó mi atención haciendo que dejase de mirar hacia la puerta por donde se había ido Martin.

- Sí - ella ladeó la cabeza y puso una mueca de que no se lo creía - que sí, en serio.

- Juanjo - su tono era de advertencia - te conozco, se te ha cambiado la cara, macho.

- Joder, es que no se que le pasa - admití - siento que es mi culpa.

- Lo sabía, no tienes que rayarte con eso, ya sabes que hoy es el día en los que suelen venir los bajones, extrañara a su familia, y además la falta de Omar en la academia se nota, un poco de todo.

- No se Bea.

Al escucharme se levantó de su silla y se sentó en la que estaba a mi lado para pasarme un brazo por los ombros y acércame a ella.

Apoye la cabeza sobre su cuerpo y ella me susurró - tienes que dejar ese miedo que tienes y disfrutar de esta semana con Martin, amor.

No respondí, me quede así un buen rato dejando que la chica me acariciase el brazo intentando reconfortarme. Me incorporé cuando vi a Martin volver.

- ¿Mejor? - le preguntó Bea.

- Ujum - asintió mientras recogía el plato que había dejado antes en la mesa- necesitaba desahogarme un poco.

- ¿No meriendas? - le pregunté al verlo dejar el plato en el fregadero.

- No tengo hambre, puedo aguantar sin comer hasta la cena.

- ¿Estas bien? - le pregunto acercándome a el.

- Si, solo un bajón, pero ya estoy mejor - forzó una sonrisa.

- ¿Seguro?

Martin asintió sin lograr convencerme, pero no le presione más, simplemente le abracé. No me lo pensé mucho, solo lo hice. Sentí como suspiro enterrando la cabeza en mi cuello y lo apreté más contra mi cuerpo, intentando así protegerlo de todo, incluso de mi mismo.

Las clases de la tarde transcurrieron con total normalidad, parecía que el bajón que había tenido antes Martin ya había desaparecido. Y digo parecía, porque en la clase de Abril se volvió a romper.

Me pase una mano por la cara frustrado cuando se marchó de la clase llorando.

- ¿Que le pasa? - me preguntó Abril dejando caricias en mi espalda.

- No lo se - dije - joder, es que no lo se, no se si es por mi culpa, por la canción o porqué coño es, Abril - gesticule con las manos mostrando mi frustración.

- Ei, amor, no pienses eso, ve con el, anda - levanté la vista para mirarla - ¡ve!- insistió- seguro que la explicación que te de Martin es mucho mejor que las paranoias que te montas en esa cabecita - dijo dándome pequeños toques con un dedo en la cabeza haciéndome sonreír- y además, seguro que le reconforta tenerte cerca.

Do! - Juantin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora