39.

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El calor del fuego era insoportable, las llamas se acercaban cada vez más a nosotros, tenía que rescatar rápidamente a ese niño del sótano y sacarlo junto a la jovencita afuera.

— ¡Muchacho! ¡ven hacia mí!- grite, al no obtener respuesta baje otro escalón.- ¿Puedes moverte?- baje otro escalón, ya mi cuerpo estaba por completo dentro de aquel oscuro sótano. Mire a todos lados alumbrando con mi linterna y pude ver un ambiente lúgubre, no se veía ninguna persona. Baje un escalón mas y entonces pude percibir la dirección de donde provenía el llamado de auxilio, pero no me encontré con ningún niño asustado.

En ese momento sentí un fuerte pinchazo en el cuello. Rápidamente me quite el objeto que me había dañado, era una jeringa y la responsable era la joven de cabellera rubia que estaba tras de mí.

— ¡¿Qué es lo que haces?!- grite furioso.

Los labios de la joven se curvaron formando una sonrisa tétrica y enfermiza. ¿Cómo no me di cuenta antes? Por más que tuviese peluca rubia tuve que haberla reconocido.

— Tania...

Quise salir de aquel lugar pero solo pude subir un escalón, las piernas me comenzaron a debilitar y la vista se volvió nublada. Me habrá inyectado un tranquilizante. Lo último que llegue a oír fue su voz diciendo

— Por fin te tengo, Taishiro.








Cuando volví en mis sentidos vi un techo totalmente blanco que no podía reconocer. En seguida recordé todo lo del incidente y trate de incorporarme de inmediato, pero no podía moverme. Mire a los lados y me encontré con que mis manos y piernas habían sido atadas con una gruesa soga a las barras de una cama de metal. Forcejee para tratar de salirme pero estaba muy bien atadas.

— Oh, ¿ya despertaste?- alzo la cabeza y reconocí a Tania, estaba sentada a los pies de la cama.- Temía que no despertarías por haberte dado de más la dosis.

— ¡¿Qué significa esto, Tania?!- Grite mientras movía los brazos.- Suéltame inmediatamente.

— No puedo hacer eso Taishiro, de lo contrario saldrías corriendo.

— ¡Obviamente!- Dije enfadado. Ella por su parte frunció el ceño y contesto.

— No me gusta que me hables en ese tono, no después de todo el trabajo que me tomo preparar este lugar para nosotros...- Se levantó y alzando los brazos agregó.- Mira, nuestro nidito de amor.

— Estas mal, Tania. ¿No estabas yendo a las consultas del psiquiatría?¿ Como es que terminaste así?- ella nuevamente frunció el ceño

— Fui un par de veces y luego deje de hacerlo. En cambio comencé a ahorrar para comprar esta casa en las afueras de la ciudad, ¿no es hermosa? Mira, pinte las paredes de amarillo, como tu traje, solo que en color pastel porque me pareció que los otros eran muy estridentes...- mientras divagaba comencé a prestar atención a la habitación. Era un cuarto amplio y totalmente cerrado, sin ventanas. Estaba la cama en donde yo estaba, una mesa de luz con un jarrón de flores y justo frente a mí una puerta de metal. No reconozco nada de esto. Me observe a mí mismo y me di cuenta que no llevaba ni la chaqueta ni el pantalón ni las botas ignifugas con las que había entrado al incendio, solo tenía mi camiseta y mis boxers. ¿Me lo quito mientras estaba inconsciente? ¿Cómo hizo para salir del incendio conmigo? ¿y el niño? me desespero al recordarlo.

Todos quieren a la gordita ~Harem inverso AU BNHA x chuby lectoraWhere stories live. Discover now