Sanji à la carte

Día 02: Baratie

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Sanji Week 2024

Día 02: Baratie

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Las chispas de la pequeña fogata en el centro del Sunny, daban un ambiente cálido mientras casi todos los integrantes de la tripulación asaban malvaviscos en ella, salvo por el cyborg que asaba unas manzanas, Chopper era el más emocionado por poder hacerlo, disfrutando de la cremosidad del dulce cuando se tostaba al fuego.

—¡Debemos hacer esto más seguido! —exclamó el reno, mientras Robin le limpiaba la pezuña con una toalla húmeda.

—Es sorprendente que pudiéramos hacer una fogata en el Sunny —exclamó divertido Luffy dejándose caer hacia atrás con las manos en la nuca.

—Hay muchas cosas que se pueden hacer en un barco, capitán —le informó Sanji, tras soltar el humo de su cigarrillo—. En el Baratie, lo hacíamos una vez al mes.

—¿De verdad? —preguntó Chopper esperanzado, de volver a comer los malvaviscos.

—Sí —afirmó—. El viejo y los cocineros solían utilizar el último día del mes para preparar una fogata en la plataforma para contar historias de sus tiempos como piratas, delincuentes —se rió ante el recuerdo de sus ex compañeros—. Mucha de mi formación, es culpa de ellos. Intenta ser decente con un grupo lleno de exconvictos groseros y adicto a las armas.

—Pero aun así lloraste mucho cuando los dejaste —le recordó Luffy tras una risa divertida—. Querían tanto deshacerte de ti, pero cuando te fuiste todos demostraron lo contrario.

—Oh —exclamó Robin, intrigada por eso—. Eso suena emocionante, debes tener muchas historias, después de todo cuando nos conocimos, me apuntaste con un arma, sin dudar.

—¡Ay Robin-chan! —se desmayó en el suelo con ambas manos en el pecho—, No me lo recuerdes...

—No te preocupes, Sanji —Robin le sonrió—. Quizás puedas pagármelo ahora.

—¿Cómo?

—Quiero saber alguna historia de tu tiempo en el Baratie —le propuso.

—Oh —dijo, incorporándose para mirar el fuego frente a él— ¿Algo del Baratie?

—Sí, sí —exclamó Nami—, yo también quiero saber.

—Bueno, si mis damas insisten —se cruzó de brazos tratando de pensar que podía contarles, algo que fuera divertido y no les diera motivos para sentirse mal— ¡Oh ya sé! —dijo iluminado y miró a todos sus compañeros, Brook había sacado su violín dispuesto a darle un trasfondo musical al recuerdo, Franky se acercó más al cocinero y Usopp se acomodó para escuchar. Zoro abrió momentáneamente su ojo, pero lo volvió a cerrar—. El viejo y yo abrimos el Baratie juntos. Solo éramos dos cuando llegaron Patty y Carne a trabajar con nosotros, Zeff era un pirata muy famoso por su comida y por su ferocidad. Le llamaban, pies rojos, supongo que se imaginaran por qué —tras ver que sus compañeros afirmaban, continuó—. El viejo parecía odiarme la mayor parte del tiempo, pero siempre dejaba en claro que él era mi padre para que la gente no hiciera preguntas, pero solo lo hacía una vez que ya había confianza entre sus empleados. Cosa que no pasaba muy seguido porque nadie más que Patty, Carne y yo, le aguantábamos todo al viejo. Un día, tendría unos quince años y el viejo había ido a la ciudad para comprar suministros así que nos quedamos nosotros a cargo —sonrió, ante el recuerdo—. Teníamos cocineros nuevos, así que nadie sabía que yo era, literalmente, el dueño del Baratie cuando el viejo no estaba. Y con Patty y Carne empezamos a proponer un motín a bordo para echar a Zeff del barco.