Día 07: En el All blue

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Sanji Week 2024

Día 07: All Blue


Sanji tuvo que cumplir muchas promesas cuando finalmente Luffy puso frente a él, el Mar legendario, el All Blue.

Todavía recordaba la sonrisa del Rey Pirata cuando terminó la Gran Guerra de la Era Pirata que destruyó Marie Geoise y la isla Gyoijin, su cuerpo lleno de vendas, pero su sonrisa brillante mostrándole a su cocinero como los blue se unían en uno.

Los Gyojin y sirenas nadaban en el mar de sus sueños frente a él, y nada de eso hubiera sido posible sin Luffy, sin su fe absoluta en él.

Gracias a sus nakamas, a sus aliados y amigos ahora tenía un bonito restaurante al borde de la antigua Red Line, que servía no solo como punto de descanso para viajeros en sus recorridos por todos los blue, sino también como un punto de protección para que nadie quisiera pasarse de listo.

La primera promesa que cumplió fue llevar a Zeff al All Blue, ver al viejo llorar por haber cumplido el sueño de toda su vida, que el hijo que el mar le regaló, lo haya encontrado, le daba un valor mucho más profundo a la leyenda vuelta realidad.

La segunda promesa que cumplió fue la de cocinar un gran festín para su capitán, junto con Jinbe.

Y Luffy no podía estar más feliz viendo como la comida producida por Sanji, Zeff y Jinbe aparecía ante él con la misma facilidad con la que desaparecía.

La tercera promesa, costó bastante.

Estuvo una noche completa mirando el papel frente a él con el número de su hermana, varios habían insistido en que la llamara, incluso Nami y Robin estuvieron conversando con él, insistiendo que esto era un nuevo comienzo para él.

Cerró los ojos dándole una última calada a su cigarrillo antes de apagarlo en un cenicero y finalmente, llamarla.

Cuando la mujer de cabellos rosados apareció en el restaurante al otro día, no sabía como sentirse, pero Zeff le dio un par de patadas para que dejara de ser tonto y pudiera conversar con ella como correspondía.

Le puso frente a ella un platillo de pasta picantes de marisco y logró romper el hielo de la conversación contándole como ese había sido el primer platillo que su padre le había enseñado a preparar cuando empezaron en el Baratie.

Reiju lo miraba hablar gesticulando todo lo que decía, viendo como poco a poco se iba relajando y dejaba ver su verdadero yo. Sonrió mientras saboreaba la comida más deliciosa de su vida, esa vieja sensación de comer algo hecho por alguien querido, con el amor de hogar, le hizo soltar un par de lágrimas.

—¿Estás bien? —preguntó Sanji preocupado, entregándole su pañuelo— ¿Muy picante?

—No —dijo, tomando el pañuelo para secarse las lágrimas—, está delicioso, no comía tan bien desde mamá...

La mención de Sora hizo que ambos se quedaran en silencio, mientras Reiju retomaba la comida.

—Gracias por venir —dijo el rubio, mirando el techo del restaurante.

—Gracias por invitarme, espero que no sea la única vez...

—Quien sabe...

...

Luego de un periodo visitando familiares y poniéndose al día con viejos conocidos, los mugiwaras decidieron embarcarse nuevamente en el Sunny para retomar su camino.

Aun había sueños y metas que alcanzar.

Cuando regresaron al restaurante de Sanji, Luffy pidió llevarse diversos platillos para tratar de sobrevivir a la ausencia, lo que causó mucha confusión en el rubio.

—¿Me está pidiendo abandonar el barco, capitán? —le preguntó, mirándolo con curiosidad.

—¡¿Estás loco?! —protestó con ambos puños al aire.

—Entonces, ¿por qué asumes que no iré con ustedes?

El resto de la tripulación se miró confundido, pero no pudieron evitar que un suspiro de alivio escapara de sus labios.

—Luffy —le dijo, parándose frente a su capitán de manera seria—, encontrar el All Blue, cocinar en el para mis amigos, es un sueño que ya cumplí, pero no porque ya obtuve mi meta voy a abandonarlos a todos —explicó—. ¿Quién mantendrá con una dieta equilibrada a Nami-san mientras dibuja su mapa del mundo? ¿O tendrá el café y pastelillos para Robin-chan mientras lee un nuevo libro? ¿O quién encontrará al marimo cuando se pierda?

—¡Mejor quédate! —exclamó enojado el espadachín—. Jinbe puede cocinar ahora.

—No me metan en sus pleitos —intervino inmediatamente el Gyojin, sin evitar reírse por el par—. No podría seguirle el ritmo a Luffy.

Sanji miró a Zoro sin quitar su sonrisa de victoria y volvió la mirada azul a su capitán que lo miraba fijamente.

—Como dijo Jinbe, ¿Quién prepara los mejores banquetes que satisfagan a nuestro capitán, cuando logren sus metas? —le preguntó— No creo que vengan hasta aquí cada vez que necesiten celebrar.

—Pero, el restaurante...

—Es de Zeff —afirmó, sin dudarlo—, es el pago por cuidar a este condenado mocoso y darle una nueva oportunidad de vivir. Y quizás, venga a descansar de las aventuras cuando todos estemos listos para nuevas metas.

Cuando concluyó sus palabras, Luffy saltó hacia él, abrazándolo.

—¡Gracias! —dijo soltándolo, mirándolo con ojos llorosos—. Tenía fé, pero no quería sacarte del lugar de tu sueño —Luffy se separó, limpiándose los ojos—. Pensé que moriría de hambre sin ti —Sanji sonrió y le revolvió el cabello con su mano derecha.

—Mientras esté con ustedes, ningún Mugiwara pasará hambre. 

Sanji à la carteWhere stories live. Discover now