▍ ' 𝄖𝐒𝐏𝐄𝐂𝐓𝐑𝐔𝐌 ㅤ❪ N. D'Angelo ❫ ★

⎯18. Gano un nuevo enemigo

›› "Gano un nuevo enemigo. "
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[ Capítulo dieciocho. ]

Luego del juramento, el ambiente se apaciguó un poco, ya no se sentía extremadamente tenso, como antes.
Los jóvenes pensaron que allí acababa todo, pero volvieron a tocar el tema del taurofidio.

Varios de los dioses parecían en descontento con la idea de dejar libre al animal.

–Por favor, dejen con vida al taurofidio. Mí padre puede ocultarlo en las profundidades del mar, o conservarlo aquí, en el Olimpo, en un acuario. –

Percy se veía desesperado por salvar a Bessie, supongo que al ser una criatura del mar sentía cierta empatía por él.
Quizás Poseidón se podría hacer cargo del animal. Y dicho y hecho, el Dios del mar se incorporó a la charla, alzando la voz.

–No permitiré que una criatura del mar sea destruida. Yo tomo la responsabilidad por el chico y la seguridad del taurofidio. –

Gaia sonrió y antes de poder chocar los cinco con Percy su padre habló con seriedad.

–No permitiré que te lo lleves al fondo del mar! No voy a dejar en tu poder tal hazaña! –

La mirada de la femenina se oscureció, pero su padre no pareció inmutarse.
El rayo maestro de Zeus apareció en su mano. Gaia abrió sus ojos en grande, jamás lo había visto en persona, pero Percy le había contado de sus aventuras con este, pero no pensó que fuera cierto al decir que emanaba un fuerte olor a ozono.

–Escucha, construiré aquí un acuario para la criatura... Hefesto puede echarme una mano, aquí estará a salvo... Podremos protegerlo con nuestros poderes, créeme que ninguno de los chicos nos traicionará, respondo por mi hijo con mí honor. –

Zeus miró a su hija menor, pareció dudarlo, pero finalmente asintió.

–Yo responderé con mí honor sobre mí hija... Todos a favor? –

Todos salvo Ares, Atenea, Hera y Dionisio levantaron sus manos.

–Mayoría, pues decreto que no destruiremos a estos héroes, en más, pienso que deberíamos honrarlos, que dé comienzo a la celebración triunfal! –

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[Gaia.]

Nunca creí que las fiestas de los olímpicos serían de esta forma. Siempre creí que era algo aburrido, quizás un banquete. Pero definitivamente no era para nada parecido.
Nosotros los jóvenes escuchábamos una mezcla de rock adolescente, hip hop, e incluso pop. Mientras que las divinidades escuchaban música clásica.
Hecho de manera que nadie peleara por cambiar la emisora de radio.
Thalia y yo bailábamos al ritmo de My Chemical Romance, riéndonos sin tensiones. Todo lo malo había acabado, y el tiempo que me quedaba con ella era poco. Volvería al campamento y me tocaría vivir en la cabaña uno yo sola.

Pasamos un día en el Olimpo, tuve el tiempo de hablar con mi padre y, por primera vez, recibir un regaño.

Él dijo que cargar con el peso que cargaba Atlas había sido casi suicidio, supo que descubrí la funcionalidad completa del anillo que me obsequió. Pero aún así estaba desconforme, dijo que mi manejo de las armas no era lo suficientemente bueno todavía, y que si había logrado salir viva de esta misión, fue porque Percy y Thalia me habían salvado el pellejo más de una vez. Recomendó que fuera a un internado de baile en Italia, cerca de mí familia, dijo que aprender a bailar ballet me ayudaría mucho en la destreza a la hora de un combate cuerpo a cuerpo. Y sabiendo que con la espada no era muy buena, lo mejor para mí era aprender a ser veloz, sigilosa, y ágil.
En otro momento habría tomado muy mal aquello, pero sabía que en el fondo se preocupaba. Sabía que era lo más cercano a mamá que tenía, y por eso no quería que nada me pasara.