Spring/Spreen

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Roier llevaba días intentando acercarse a aquel chico pelinegro que recientemente se había mudado frente a su casa.
Pero no sabía como llegar y hablarle.

Y no es que fuese tímido, solo que ese chico parecía provocar varias cosas que él seguía sin entender totalmente.
Sus manos sudaban, sentía que su lengua se trababa en su boca y sus piernas temblaban cada que intentaba acercarse cada que lo veía pasar en su patineta.

Igual podía justificar esto con los nervios de hacer una nueva amistad.
Sólo quería hacer más amigos, tener con quien jugar cuando Mariana o Aldo estuvieran aún en la escuela.
Y es que ellos habían tenido la mala suerte de ir en distintas escuelas debido a las travesuras que hacían al estar juntos.
Que ellos no pensaron que el salón de química podría explotar con su experimento.
O que el director se rompería el brazo al caer del segundo piso cuando olvidaron levantar las canicas después de su juego.
Pero volviendo al tema.

Tenía que encontrar una forma de poder acercarse a su nuevo vecino.

Lo único que sabía es que le decían "Spreen", tenía su misma edad, era híbrido de oso y le gustaban los videojuegos.

Y antes que le juzgen.

No le espió, solamente tenía la suerte de estar cerca cada que el moreno salía con su familia.
Y tenía tan buen oído que escuchaba conversiones ajenas a varios metros de distancia.

Solo eso.
No es raro.
¿Cierto?

Era cuestión de empezar con lo básico;
Comenzar la charla, invitarle a ir a patinar, de ahí por un helado.
Pasear por el parque, tomarse de la mano, quizás darle un bes-...

Ejem.

Se está desviando otra vez.

Ya anda creándose una historia de amor y ni siquiera han entablado una conversación.

Tiene que concentrarse y buscar la forma de tener el primer encuentro.
Algo casual, de chill.

¿Seria mala idea "robarse" alguno de los gatos de Spreen y luego regresarlo?
Podría quedar como un héroe.

"Un perro estaba siguiendo a este gatito y lo salve. No necesitas darme dinero como recompensa, pero una cita no suena a mala idea."

O

"Lo encontré atorado en un árbol y creo recordar que lo ví en tu casa. ¿Si es tuyo? Y antes que digas algo, solo me debes un helado."

No, no.
Si lo atrapan tendría grandes problemas y seguramente el moreno creería que está loco por querer robar a una de sus mascotas.

¿Por qué era tan difícil?
Con Mariana y Aldo solo se acercó, les dió un golpe con su sonaja y listo: amigos por siempre.

¿Debería repetirlo?
No...
Seria ridículo ir hasta su casa con una sonaja en manos.

Ya estaba entrando en crisis cuando su madre lo mando a pedir un poco de azúcar a la casa de enfrente

¡Genial!
Eso era la excusa perfecta.

Salió corriendo sin importarle la verdadera razón de esto.
Él ya sabía que cada que tenía que ir a hacer un mandado, solo era para dejar que sus padres pudieron jugar Twister sin interrupción alguna. No era tonto.

Ya tenía edad suficiente para entender y sentirse asqueado por ello.

Además ya tenía que salir de su cuarto, llevaba una semana encerrado.

Por suerte si estaba bañándose porque sería demasiado vergonzoso que la primera impresión que tuvieran de él es que huele a perro mojado.

Respiro hondo intentando tomar valor, tocó la puerta con nervios, aguantando las ganas de salir corriendo justo cuando la puerta fue abierta por quien le estaba robando varios suspiros.

- ¿Necesitas algo?- para Roier, esa voz era la de un ángel.
Se le olvidó como hablar.
Su cerebro se había apagado.
Al estar tan cerca podía notar ciertas características que había pasado por alto (o es que antes estaban tan lejos que no las diferenciaba). Tenía unas largas pestañas, unos ojitos violetas preciosos.
Y esas orejitas tan tiernas que gracias a los Dioses tenía muy buen auto control o ya estaría tocandolas.

Y esas orejitas tan tiernas que gracias a los Dioses tenía muy buen auto control o ya estaría tocandolas

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Parece que quiere salir del closet ante la primer interacción.

Aunque.
¿Era gay?
¿Bi?
¿Ya tenía edad suficiente para cuestionarse eso?
Que confuso.

- ¿Sos tontito o algo?- volvió a hablarle al notar como se había quedado como imbécil mirándole. - Como sea. Tengo que volver a mi partida antes que arruines mi buena racha. Adiós rarito.- Estaba a poco de cerrar la puerta cuando escucho la voz de su padre comenzar a regañarle.
Genial.
Gracias pelotudo de mierda, por tu culpa le van a castigar.

- ¡Mi niña, no seas grosera!
Esa no es forma de hablarle a la gente. ¿Eso es lo que te hemos enseñado?

Un hombre fornido con un mandil de unicornios salió de lo que parecía ser la cocina con un sartén en manos, provocando quizás un poquito de miedo en Roier.
Ojalá no fuera de ese tipo de papás sobre protectores que quieren que sus hijos sean todos educados, con amigos a su altura que no rompen ni un plato,  porque eso haría más difícil que pudieran formar una amistad apenas se diera cuenta de lo perturbado que estaba el castaño.

Y mientras le recordaban los buenos modales a Spreen, un pequeño Roier sentía que estaba teniendo un corto circuito al asimilar cierta palabra.

"Mi niña."

"Niña."

Espera.
¿Niña?
¡¿Spreen era una niña!?

¡PERO NO PODÍA SER POSIBLE!

Le gustaban los videojuegos, jura haberle visto hacer parkour, andar en patineta.

Un momento...

¿¡SEGUÍA SIENDO HETERO!?

Tenía que cancelar la salida del closet que planeó para contarle a sus padres sobre su enamoramiento.

Se quedó quieto sin saber si podía irse, sintiendo que olvidaba incluso como respirar cuando volvió a tener aquella mirada sobre él.

Bueno.
Niño o niña, no importaba.

Le gustaba Spreen.



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Milaaaaa muchas gracias por el dibujo para esta historia, en serio te luciste 🥺💕
Dedicacion especial a todas las frutitas del grupo de WhatsApp y Discord que siguen al tanto de mis historias.
Espero les guste está nueva, que será más de risa que otra cosa :D




Sp(reen)ring/PrimaveraWhere stories live. Discover now