37. Reconocimiento

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La puerta de la azotea estaba un poco oxidada, ya que en muy pocas ocasiones alguien subía allí. Liam tubo que golpearla fuerte con el hombro para que abriera.

- Estaba atascada – confirmó Lucrecia.

- Me imagino que por el clima muy pocas personas se aventuran hasta aquí arriba. – Confirmó Liam, mientras cerraba su abrigo, para luego acomodar el de ella.

Los fuertes vientos provenientes del puerto azotaron el rostro de lucrecia y fue una gran bofetada en el rostro, justo después de haber permanecido calentita dentro del bar.

- Cariño espero que tu sed de historias valga la pena. – espetó Liam – aquí está helando.

- Siiiiii – contestó ella tiritando de frio. – solo quiero descartar algo.

Lucrecia se acercó lo más que pudo al borde y observó el reloj de frente, pero luego se alejó hacia el borde contrario de la edificación.

- ¿Tienes unos binoculares? – preguntó

- Por supuesto que no Lucy. No suelo llevar unos encima.

Ella sonrió ante la tontería de su pregunta. Pero luego lo pensó detenidamente.

- Ya lo sé – expresó.

Lucrecia sacó su teléfono móvil y empezó a tratar de enfocar la cámara, pero parecía que ella quisiera tomar una fotografía muy lejana.

- Cariño, el reloj está del otro lado. – Bromeó Liam.

- Ya lo sé, tonto, pero no me interesa el reloj, sino la dirección hacia donde apunta. Solo que no alcanzo a ponerme a su altura. Me sostendrías para que yo pueda subirme a la barra.

- ¡Por supuesto que no! ¡Santo Dios! Quieres caerte por una estúpida fotografía. – exclamó Liam encolerizado.

- No es por una fotografía cualquiera. Por favor, confía en mi – le pidió mientras dejaba caer todo su peso sobre él y le acariciaba los hombros.

- No me convences.

- Pero solo será un corto tiempo y tú me sostendrás por la cintura. En el momento que notes que me inclino o me mareo me arrastras hacia atrás

Los ojos de Liam se abrieron de espanto mientras se disponía a negarse de nuevo.

- Liam. Si no lo haces tú, se lo pediré a Sam, ella siempre me dice que sí.

- Maldición, tienes razón. Esta loca es capaz de eso y mucho más con tal de obtener una buena fotografía. – confirmó enojado.

- De acuerdo – concordó – Pero máximo 5 minutos y los contabilizaré con cronómetro. Al menor peligro, te arrastró lejos del borde.

- De acuerdo.

El muro que hacía de barra de seguridad, era lo suficientemente alto, como para que a Liam le quedara justo a la altura del pecho. Esto significaba que debía mantener los brazos arriba para sujetarla a ella de la cintura.

Acercaron unas viejas sillas de jardín hacia el borde, y así armar una escalera de 2 escalones entre el borde y el piso de la terraza.

- Bien, ahora, préstame tu teléfono

- ¿Por qué?

- El tuyo es de los nuevos y con una excelente cámara y un montón de cosas tecnológicas. ¡Lo necesito! Es mejor que mi viejo teléfono.

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⏰ Last updated: Mar 05 ⏰

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