— Vos podés nena, dale — Juani frotó mis brazos haciendo que entre en calor.
— No ¿ y si dice que no siente lo mismo ? — el chasqueó la lengua.
— No seas tarada, por algo te invitó a salir — el tenía razón.
— ¿ Pero y si solo es como amigos ? — el me giró e hizo que saliera de casa.
— Chau que te vaya bien te amo — habló con rapidez y cerró la puerta.
Al salir, ví el auto de Feli estacionado. Sonrió al verlo apoyado en éste mirando su teléfono.
— Hola — digo delicadamente. El levantó rápido la vista al escucharme y me sonríe.
— Hola — guardó su teléfono y me acercó a él para abrazarlo. — ¿ Cómo estás ? — pregunta entre el abrazo.
— Bien — levanto mi mirada cruzándola con la de él, sin salir de sus brazos. — ¿ Y vos ? — el miró un rato por encima de mi cabeza y luego volvió su mirada a mí.
— Bien, ahora que te tengo conmigo — dijo en casi un susurro. — Estás muy preciosa — dice acariciando mi mejilla. Siento la calidez de su mano y la suavidad de la misma.
— Vos siempre lo estás — sale de mi sin previo aviso.
El soltó una pequeña risita. — Subí — se hizo a un lado y me abrió la puerta de su auto.
— Gracias — canturreo. — ¿ A dónde vamos ? — pregunté a penas lo ví subir al auto.
— Es una sorpresa sorpresita sorpresón — canturreó.
Solté una risa al escucharlo. — Que bobo bobito bobolón — le seguí el juego.
— Que hermosa hermosita hermosura — me miró un rato y volvió su mirada hacia el camino.
Sentí como mis mejillas me empezaron a arder, las toqué con mis manos y efectivamente estaban tibias.
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— ¡ Que lindo lugar ! — exclamé señalando con mi mirada la pequeña laguna a la que Pipe manejó. — El viaje tan largo valió la pena — digo estirando mis piernas.
— Sii, acá vengo cuando estoy estresado o cansado de la vida social — explicó. — Quiero pasar esta tarde con vos — dijo abrazándome por los hombros. — Y quiero hacer de una simple... A una hermosa — sonríe. Yo imité su sonrisa, es tan hermosa que contagia.
— Que linda sonrisa — apreté sus cachetes. El se rió ante mi acción.
— A mí me encanta tu nariz, tu sonrisa, tu pelo, atado y suelto, tus manos, tus ojos, tus cachetes cuando te sonrojas — añadió al ver como me ponía roja.
— Sos rápido — dije entre risas. — Rápido y chamuyero, la cara te vende — ladeo mi cabeza.
— ¿ Y vos compras ? — pregunta cambiando de posición enfrente de mí.
Me reí cabizbaja — Depende del precio — dije mirándolo con una sonrisa divertida.
— Yy para vos — hizo una pausa — Un beso — abrí mis ojos como platos. ¿ Un beso ? ¿ En serio ?
— ¿ Sólo eso ? — pregunto incrédula.
— Me gustas Eva, me re gustas — confesó.
— A... a mí también me gustas Feli — el esbozó una sonrisa enorme en su cara.
— En serio me gustas, desde que te ví en el estreno de la película, el brillo de tus ojos entre tanta gente era único e inigualable. Sos tan linda que me das bronca Evangeline — solté una risa por lo bajo.
— ¿ Tan así ?
— Si. — afirmó — Me tenés loco, yo no sé cómo hice para no encajarte un beso la primera vez que te ví.
— ¿ Que esperas para hacerlo ahora ?.
Él sonrió de costado y con una de sus manos en mi cintura cortó el espacio que había entre nosotros.
Nos enredamos en un beso profundo y que deseábamos que no tengo un simple fin.
Tuve novios... Pero ninguno me llenaba. Pero en esta soledad apareció Feli. E hizo de mis sentimientos, los más fuertes hacia él.
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