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Sí, ya habían pasado casi doce interminables horas desde que me percaté de la desaparición de mi querido peluche Ryan, y hasta ese momento no había logrado recuperarlo

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Sí, ya habían pasado casi doce interminables horas desde que me percaté de la desaparición de mi querido peluche Ryan, y hasta ese momento no había logrado recuperarlo.

Cuando Hyunjin apareció, la pérdida de mi bolsa no fue precisamente su principal preocupación. Él, siendo incluso más chismoso que yo, dedicó toda la cena a revisar el teléfono de la tal Evie Stonem. Como era de esperar, parecía que su curiosidad superaba incluso la mía.

Así que ahora, gracias a la meticulosa investigación de Hyunjin, conocía detalles íntimos de la vida de la rubia. Resultaba que era originaria de Misuri, Estados Unidos, tenía 19 años, compartía su vida con un gato negro llamado Bigotes y, al parecer, había obtenido una beca para estudiar en nuestra universidad. Por supuesto, no pasó desapercibido el dato menos relevante de que era extremadamente atractiva.

Sin embargo, a pesar de toda esta información, aún no sabía qué clases compartíamos ni cómo podría encontrarla. Así que esa mañana me vi obligado a levantarme más temprano de lo habitual, antes de que los pasillos se llenaran de alumnos, y recorrerlos en busca de alguna pista.

Por supuesto, también me tomé la molestia de enviar un mensaje a su padre, haciéndome pasar por ella para tranquilizarlo. "Estoy bien, papá, solo fue un día largo. Te extraño", escribí, basándome en los mensajes anteriores que había visto en el chat. Sin embargo, mis esfuerzos de engaño no fueron suficientemente convincentes, ya que el hombre insistió en llamar varias veces más después de eso.

 Así que me encontraba con la urgencia de devolver este teléfono antes de que volviera a sonar, porque sinceramente, la idea de escuchar esa melodía una vez más me impulsaría a lanzarlo por la ventana.

El reloj en mi muñeca marcó las siete en punto, y a pesar de que había pasado toda esa eternidad yendo y viniendo por los pasillos, no había rastro de Evie por ninguna parte. No podía entender cómo, después de todo lo que Hyunjin y yo habíamos descubierto la noche anterior, no la había visto ni de reojo. Incluso sentía que la conocía por completo después de explorar su teléfono con tanto detalle.

Y sí, admito que revisar exhaustivamente el teléfono de una chica bonita podría considerarse éticamente cuestionable, pero después de todo, ¿no había sido con la intención de encontrarla? 

Pero no podía quedarme plantado allí para siempre. Tenía una clase justo a esa hora, y si llegaba tarde una vez más, seguramente me ganaría una reprimenda. Así que me resigné a esperar que ella estuviera en alguna de las clases que tenía programadas esa mañana. Al fin y al cabo, debíamos coincidir en alguna otra materia. Eso, al menos, era lo que yo rogaba fervientemente en mi interior.

Mi primera clase del día era el taller de Coreografía, uno de mis favoritos, aunque la señorita Ji-woo no me cayera demasiado bien. Era una de las pocas docentes que me reprendía por llegar tarde, mientras que a los demás parecía caerles mucho mejor.

The lover & the enemy [HYUNJIN / FELIX]Where stories live. Discover now