La idea del reemplazo es algo que convierte a su cuerpo en una escultura de hielo

Valentino siempre se encarga de repetir aquello y aún en sus sueños esas palabras se clavan en su mente, como dagas que no pueden ser retiradas porque de otra forma Anthony moriría.

Ya habían pasado 7 años desde que había firmado un contrato con la disquera "vVv récords", si bien la empresa discográfica había cumplido su parte del trato al volver de su vida un montón de artículos de revistas de famosos, las tareas que tenía Anthony parecían formar parte más bien de un contrato con un demonio de la lujuria.

Jornadas de 16 horas cuando se acercaba algún tipo de evento era lo que le esperaban si bien le iba

Pero él amaba su trabajo, ¿o no?

Después de todo, el amor era lo que lo había metido en ese enredo de vida.

Había conocido a Valentino cuando tenía 20 años, encontrándose maravillado por la palabra florida y dulces lisonjas de aquel hombre que había llegado tan lejos como para ser "A&R (artist and repertoire) de la segunda disquera más grande de E.U.A.

Sin embargo, ¿qué quedaba de ese amor casi adolescente cuando el hombre por el que esperaba casi todas las noches no hacía más que ahogarse en Street clubs? O peor aún comprar flores para una persona que no era Ángel.

Ángel...su nombre creativo y una de las cosas más brillantes en su campaña de marketing cuando añadieron el Dust. Sus discos eran tan adictivos como la droga del mismo nombre...aunque claro, había veces en las que Valentino bromeaba y se burlaba diciendo que era un nombre de stripper.

Valentino conocía los clubs de Street tips como la palma de su mano pues la paga como mánager de Ángel parecía no ser suficiente, Valentino necesitaba de un club propio para pagar los lujos que incluían su vida.

Nuevamente, la idea de ser sustituido invadía su cabeza del mismo modo en que la tinta china mancha en una hoja empapada.

Tenía que hacerlo mejor que nadie.

Tenía que destacar entre todas esas personas con vestuarios barrocos y talento igual o superior al de Ángel.

El cantante estaba incluso dispuesto a tener que pisotear y sobrepasar a las estrellas de la televisión más grandes, todo para saldar su deuda con Valentino y ser libre.

Sería millonario, incluso más que el equipo del maldito hombre de gran estatura, tendría tanto dinero que comprar su autonomía sería pan comido.

Pero faltaba trabajo.

Su nuevo disco aún estaba en proceso de producción.

Tenía que dar lo mejor de sí para ser amado por el público.

Por eso, cuando Valentino le comentó que estaría compartiendo espacio con una de las nuevas solistas "The fallen angel", una chica de origen latino que ganó fama gracias a su participación en el show de talentos American Idol, así como sus pegajosos coros y que llenaba estadios como pozo a cubetas de un pueblo sediento, Ángel tembló un poco ante la idea de que esos ojos protegidos por vidrio rojo fuesen a posarse sobre la recién famosa cantante.

¿Lo peor de ese miserable caso?, de acuerdo con los horarios, Ángel tendría que verla sí o sí, pues su hora de salida era la misma que la entrada de aquella artista.

¿Qué cosa hacía que la sangre le hirviese?, ella también estaba produciendo un disco, casi al mismo ritmo que él.

En el primer día de rodaje, Ángel ideó su primera estrategia, le dedicaría una mirada asesina a la mujer en cuanto ésta se cruzase en su camino. Empero, en el momento de la verdad, el chico de raíces italianas no pudo sino notar a un (apuesto a su gusto) hombre que la acompañaba a ella y a su equipo.

World Class Sinner Take IIWhere stories live. Discover now