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—Hijo, ¿cómo te fue?

—Llama a todos los guerreros.

—¿Qué?

—¡Llamalos! —grita— Nilou —mira a la chica— terminamos y no preguntes el porqué, ya lo sabes.

La chica solo se retira sin decir nada, sabe que si habla, puede terminar peor. Sabía que pronto terminaría todo esta ilusión, pero nunca pensó que sería tan pronto.

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—Kaveh.

—Cariño —sonríe y corre a abrazar al alfa— te extrañé.

—Tenemos que irnos.

—¿Por qué?

—No preguntes por favor, vamos a Inazuma por unas semanas.

Alhaitham quería sacar a su pareja del lugar antes de que todo estallara. Cyno ya sabía lo que iba a hacer y lo aceptó.

—Empaca algunas ropa, vuelvo en un segundo.

El alfa corre a la casa de Dehya, tenía que anunciarle lo que estaba  punto de pasar.

—¿Candace? —pregunta al ver que ella abre la puerta— ¿que es.. no importa, ¿Dehya, está?

—Cyno la llamó.

—Mierda.

—¿Que pasa?

El chico mira a la chica, no quería decirle la verdad.

—¡Dime!

—Promete que no te alterarás.

—¡Como quieres que no me altere si te veo así!

—Bien —suspira— Cyno le va a declarar la guerra a Mondstadt.

—¡Qué! —grita— ¡Por qué!

—Con Cyno fuimos a Mondstadt para visitar a Tighnari, pero las cosas terminaron mal.

—¿Por qué?

—Llegamos y lo vió que estaba embarazado, de repente soltó que si era su hijo o de otro.

—Es un imbecil, ¿por qué pregunta tonterías?

—Tighnari se molestó y pues los guardias nos sacaron, Cyno piensa que lo han obligado a tener un hijo del compromiso.

—Tenemos que detenerlo.

—Lo siento, pero tengo que ver por la seguridad de Kaveh, no quiero que le pase nada a nuestro cachorro.

—Entiendo, ¿Kaveh sabe? —pregunta.

—No, por eso quiero sacarlo a Inazuma, no quiero que se entere, se muy bien que si se entera es capaz de quedarse.

—Llévate a Kaveh antes de que se entere, trataré de que Cyno reccione.

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—¡Cyno estás loco! —gritaba la morena— ¡como se te ocurre hacer una cosa como esa!

—Ellos me robaron a mi omega, tienen que pagarlo —dice serio— todos merecen morir por arrebatarme a mi omega.

—¡Cyno, escúchame!

—Es muy tarde Dehya, solo te llamé para saber algunas tácticas de guerra, pero mientras hablamos, nuestros alfas ya están en camino a Mondstadt.

—¿Alhaitham lo sabe?

—Si, pero el no se va a meter en esto, se va a llevar a Kaveh lejos de aquí.

—Cyno por favor.

—Lo siento Dehya, ya no tengo nada que perder.

El moreno sale de la sala, estaba listo a luchar.

—¡Hijo! —gritaba el mayor— ¡hijo, no lo hagas! ¡es una locura!

—Agarrenlo, no quiero que escape —susurra a uno de sus guardias— hasta que regrese manténgalo con ustedes.

—Si señor.

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—¡Diluc!

Kaeya buscaba a su alfa, le habían llamado de la manada de Sumeru para advertirle lo que iba a venir.

—¡Diluc!

Estaba asustado, no quería que nada malo le pase a los chicos.

—¡Diluc!!

—¿Que pasa?

—¿Dónde estabas? —corre a abrazarlo— te estuve llamando.

—¿Qué sucede?

—Me llamó Candace, Cyno viene con los alfas guerreros a atacar Mondstadt.

—¿Qué?

—Por favor Diluc, no dejes que esto se sobrepase y que llegue a peor.

—Calma —acaricia su mejilla— no pasará nada malo, pero quiero que te lleves a los niños a la cabaña y que te quedes allí.

—Pero...

—Nada de peros, llévate a Tighnari y los niños, voy a llamar Jean para ver todo este problema.

Tighnari había escuchado todo.

—Que estas haciendo Cyno.

El omega miraba a la pareja despedirse, no quería que le pasara nada a ninguno de los dos. Necesitaba hablar con Cyno, todo esto era culpa de su padre. Entra a la casa para poder llevarse algunas cositas.

—Tighnari —entra— tenemos que irnos.

—¿Paso algo? —se hizo el desentendido.

—No nada, solo que vamos a ir a la cabaña, Diluc quiere remodelar la casa —sonríe.

—¿No vas a llevar ropa?

—No es necesario, tengo ropa en la cabaña, ¿y tú?

—No he comprado mucha ropa, pero para mi bebé si tengo la mochila lista —muestra la mochila— ¿nos vamos?

—Si, vamos.

Ambos omegas salen escoltados, Ian iba llorando todo el camino.

—Calma mi amo, papá nos va a alcanzar después.

Ian no dejaba de llorar, cuando salieron, se despidieron de Diluc, cuando Ian quiso ser cargado por su padre,  este solo le sonrío y se despidió.

Por suerte el más pequeño seguía dormido, tenía un sueño muy profundo.

—Perdón si te incomoda, Ian es muy apegado a Diluc.

—No te preocupes —sonríe— es muy tierno.

—Espero que pase pronto.

—¿Qué?

—Que pase pronto su llanto —ríe.

—Kaeya, ¿hay una tienda cerca a la cabaña.?

—Si ¿por?

—Se me antojó una sandía —ríe.

—Oh jejeje —ríe— cuando lleguemos si quieres vamos a comprar.

—No te molestes en eso, puedo ir solo, así puedes calmar un poco a Ian.

—Es verdad, por suerte en la cabaña hay cosas de Diluc con su olor y eso puede calmarlo.

QUISIERA || Cynonari || FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora