❥. OUTRO: INNER CHILD

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Advertencias: lo siguiente que van a leer es un extra de Muñequito de Porcelana. Está centrado en la relación hyunin unos años después de todo.

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Hyunjin no pudo evitar sonreír cuando entró al departamento, encontrándose con Jiniret saltando una vez abrió la puerta, su lengua fuera, contento por verlo allí.

Lo tomó en brazos, riéndose, y dejando su mochila sobre el sillón, viendo que Jeongin no estaba por ningún lado. Suponiendo dónde debía hallarse, fue hacia el pequeño ático del departamento que compartían, donde el tragaluz del edificio daba paso a un cálido sol primaveral. En ese pequeño ático, vio a Jeongin sentado en el suelo, con su cabello de un fuerte color rojo brillando gracias a la iluminación, observando su caballete con una pintura secándose en la tela.

—¿Bebé? —preguntó, con su tono calmado.

Jeongin no se giró y Hyunjin dejó al perrito en el suelo, que fue donde el menor, llamando su atención. El chico le acarició la cabeza, distraído, así que Hyunjin también se acercó. Se sentó en el suelo junto a él, deslizando su mano izquierda por el cuello del muchacho.

Jeongin le miró, con una sonrisa amplia en su bonito rostro e inclinándose para darle un beso en los labios. Hyunjin lo recibió con gusto.

El de cabello rojo tenía el rostro lleno de pintura de muchos colores, su ropa también se encontraba sucia, pero no parecía ser consciente de ello. Al mayor tampoco le molestaba un poco.

—¿Qué pintas? —le preguntó, su voz baja.

Los ojos de Jeongin lucieron desconcertados un momento, así que Hyunjin se corrigió.

¿Estás pintando algo especial? —dijo ahora, con señas. Jeongin se recostó contra él, besando su mejilla fugazmente.

No —dijo, también en señas—. Me aburrí y no tengo inspiración para la próxima exposición, así que quise pintar cualquier cosa. Este es Jiniret.

Hyunjin miró el caballete, con todos los trazos de pinturas manchando la tela, y muchas partes se veían como si hubiera lanzado tarros de pintura allí, lo que explicaría su ropa sucia. Pero en el centro, había también una mancha blanca desparramada con dos puntos negros.

Lo encontró muy adorable, sobre todo, porque cuando Hyunjin le presentó a su mascota, fue muy duro para Jeongin. Demasiado duro, lo supo enseguida cuando vio los ojos quebrados de su novio, y los siguientes meses no fueron mejor: el menor evitaba mirar al perro, evitaba tocarlo y dirigirse a él. Hyunjin no lo presionó en ningún momento, consciente de que la muerte de Kkami iba a ser una herida de la que Jeongin jamás podría deshacerse.

Sin embargo, Jiniret se ganó el corazón de Jeongin luego de un tiempo, en especial cuando su novio parecía estar a punto de perder el control. El perro siempre parecía anticiparse a esas situaciones, ladrando, en caso de que Hyunjin estuviera en el departamento, o recostándose contra Jeongin si no estaba allí, lamiendo su cara con evidente cariño.

Jeongin lo adoraba.

Podríamos colgarlo en el comedor —dijo Hyunjin, revolviéndole el cabello.

Jeongin lo abrazó por el cuello, con sus ojos repentinamente llorosos, y el mayor sólo lo estrechó con fuerza, porque sabía que era difícil para su novio.

Al alejarse, Jeongin sorbió por su nariz.

Lamento no hablar hoy —se disculpó de pronto.

Muñequito de porcelana ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora