capítulo diecinueve

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JiMin se acomodó el cabello frente al espejo, sabía que debería cortarlo, el calor estaría próximo a llegar, y aunque agradecía por no sentir el cuerpo entumecido por el invierno, jamás le había gustado el sudor. Desde niño, su mamá era quien estilizaba sus hebras, cuando fue adolescente pasó a mano de sus "amigos", e incluso de una vecina que, mientras lo veía usando un short muy grande y una camiseta sin mangas, le decía "ven aquí" y le ayudaba. YoonGi, intuyendo probablemente sus problemas con el contacto físico, le había sugerido a SeokJin, era quien le cortaba el cabello, y mientras no hacía cortes profesionales, sí le ayudaba manteniéndolo a un nivel medio donde pudiera sostenerlo en una coleta.

Giró hacia su cama y observó los documentos que debía llevar; los usuales que le revisaban en la entrada del centro de salud. Acomodó las cosas y bajó las escaleras poco a poco. En la cocina, aún moviéndose con lentitud por la férula, que quizás dejaría en quince días, se encontraba YoonGi. Usaba una sudadera amplia gris y el cabello ordenado, detrás de él se encontraba SeokJin sin su informe, con una taza de café entre sus manos mientras tenía el semblante cansado..

— Buenos días... —saludó cortésmente, aún cuando había pasado la noche con YoonGi, viendo cómo el alfa mayor lo saludaba con un gesto simple y luego bostezaba.

— Hola.. hice ensalada. —Habló el pálido con un murmullo.

— Ah... —JiMin sonrió negando, acercándose para ver el tupper de vidrio— estoy bien, regresaré rápido.

— Lo sé, pero llévalo por si quieres estar allá un rato más. Te gustaba caminar por el parque. —Insistió.

El omega pensó, en silencio, que era cierto; le gustaba mucho salir y caminar, disfrutaba mucho de los paseos lentos y el sol en su piel, le gustaba dar pasos sin preocuparse por esconderse o regresar pronto a casa para no ser reprendido. Pero tampoco podría mentir, le gustaban esos momentos porque los compartía con el alfa, le gustaba oírlo hablar sobre las estaciones o el tipo de nubes que se formaban en el cielo, también le divertía mucho cuando simplemente estaban en silencio, acompasando sus pasos en el pasto seco del parque, últimamente podría disfrutar de caminatas solitarias, era cierto... pero prefería siempre hacerlo con compañía.

— Volveré pronto.

— Igual llévalo.

— Sí, gracias. —Sonrió, acomodó el tupper dentro de su mochila y salió.

Se escuchó un suspiro, YoonGi miró a SeokJin que había quedado en silencio, mirándolo con una ceja arqueada. Había tenido medio día libre debido a que TaeHyung había enfermado en la noche y tuvo que pasar la madrugada —junto con NamJoon— revisando la temperatura y, por lo tanto, tuvo que faltar a clases. Agradecía que su jefa fuese una beta dedicada a su familia que pudiera comprenderlo.

— ¿Y mi ensalada?

— Aquí... —YoonGi señaló el bowl en medio de la mesa— hice para todos.

— Mmh...

— Ya vas a empezar.

— No digo nada. —Levantó los hombros— es sólo... recuerdo que le hiciste un pastel para él solo.

— Aish... no sé para qué te dije. —Se acomodó en la silla del comedor, suspirando.

Días después de aquella madrugada le había dicho al alfa mayor sobre sus inquietudes, sentía que necesitaba desahogarse, porque, no sólo era la primera vez que preparaba algo especial para alguien, incluso comprando galletas extras —cosa que omitió en el relato—, sino que también el acto de compartir se había vuelto más allá de un simple postre, ambos comenzaron un intercambio, él le había brindado cuidados y JiMin le ofreció escucha y comprensión. Esa mañana, cuando JiMin subió para darse un "baño rápido", no pudo sentir el pecho tranquilo, subió las escaleras lento y, luego de entrar a su cuarto para mirar sus playeras, viendo una blanca que era la que más usaba, salió para encontrarlo y decirle "¿ésta estará bien?", a lo que sería correspondido con una sonrisa pequeña, un toque de manos por encima de la tela. Por eso quería y necesitaba decirlo,

no me dejes caer ›› ymWhere stories live. Discover now