Asher
Toco la puerta mientras meto mis manos en mis bolsillos delanteros del pantalón.
—Voy—dicen del otro lado de la puerta.
Espero unos minutos y abren. Luce un vestido rojo corto de tirantes, me quedo mudo, no tengo idea que decir, desvío mi mirada al pasillo tratando de pensar qué digo, vuelvo a observarla y por fin soy capaz de decir algo.
—No vine a buscar las precauciones que debo tener contigo.
¿Qué mierda dije?
Rueda los ojos.
—Ayer me porté como un patán y he venido para remediar lo de anoche.
Sonríe mientras sacude la cabeza.
—¿Esta es tu forma de pedir disculpas?
—No—respondo sin pensar—es decir, sí.
Genial, si ayer fui un imbécil hoy soy un retrasado.
—Pasa— me invita a entrar.
Entro y detallo su departamento, tiene una decoración minimalista, es amplio y tiene un ambiente hogareño. Sigo observando mientras ella aún se encuentra detrás de mí.
—No es una estúpida venganza, los Bardeen le hicieron daño a mi madre— le suelto de la nada mientras me volteo a verla.
Estoy confesando algo que pondría todo mi plan en riesgo.
Ella luce sorprendida por lo que le digo.
—Ayer dijiste que querías saber, pues, he aquí tu respuesta.
—No es una venganza— dice.
Enarco una ceja confundido.
—Quieres honrar la memoria de tu madre— dice viéndome como que si me comprendiera.
Volteo a ver otro lado que no sea a ella << ojalá solo fuera por eso>>
—Defínelo como quieras. Ya tienes tu respuesta.
—No lo suficiente, pero se aprecia tu esfuerzo.
—Bien, eso era todo, me voy— trato de despedirme.
—Iba a salir a comer— menciona mientras se acerca— si quieres puedes venir.
No respondo, simplemente me quedo detallándola << me estoy comportando como un crío, luzco como un imbécil que primera vez trata con una mujer. Definitivamente me tengo que alejar de ella>>
¿Desde cuándo Asher Harlowad queda mudo? Me reprocho a mí mismo.
Desde que llegue me he comportado como un estúpido puberto.
—No vayas a creer que te estoy invitando a una cita— dice al notar mi silencio.
—Tengo cosas que hacer, será para la próxima— le miento.
—Bien, pero para tu mala suerte te acompañaré hasta la salida de mi edificio, porque no hay otra salida, así que tendremos que soportarnos unos minutos más.
Asiento con la cabeza y salimos de su departamento, tomamos el ascensor que nos dirige a la planta baja donde se encuentra la salida de su edificio.
—Nos vemos— se despide antes de voltearse y empieza a caminar.
No me da la oportunidad de responderle, observo al frente y veo mi auto estacionado, volteo a la derecha viendo a la chica que hace unos segundos estaba conmigo.
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Idílico (Libro Completo)
RomanceAsher Harlowad vuelve de Suiza luego de culminar sus estudios para hacerse cargo de la empresa de su padre en New York. Cuando llega a la ciudad de la ''Gran Manzana'' sus amigos le planean una salida para reencontrarse y revivir viejos tiempos, per...