19|| Terminar.

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente.

→ LUEGO DE AQUELLA noche, Amelia volvió a ser la de antes al igual que Danilo. Aunque había un problema y era que todavía seguía estando con Fernando.

  Las jodas eran costumbre desde que se separó, aunque quería quedarse en su casa junto a Danilo, debía ir, ya que había quedado con Guadalupe y lamentablemente, Fernando.

    Amelia no sabía cómo terminarlo a Fernando sin sonar grosera, sin lastimarlo, aunque aquello era imposible.

   Guadalupe veía a su amiga dar shots, un tanto impresionada. Nadie sabía el motivo por el cual estaba así, nadie excepto Amelia, que planeaba estar media en pedo para poder decirle a Fernando las cosas sin vueltas, si bien solía ser directa estando sobria, está vez no podía, al menos que estuviera en pedo.

   Su amiga no sabía que ella estaba viéndose con Danilo todas las noches, probablemente si se enterará la mataría, le arrancaría los pelos por "pelotuda", pero si vamos al caso, como no serlo cuando tenés al amor de tu vida prácticamente rogando otra oportunidad.

— ¿Dónde está, Amelia?— pregunto Guadalupe, alterada al no encontrar a su amiga. Fernando señaló hacia dónde se encontraba la gente bailando, estaba allí la rubia, cantando a los gritos.

— ¡Me gusta con esa cara de malo, con los ojo' rojo' la pistola de costado! ¡Marginadooo yo lo amoo! — la chica parecía estar en su mundo, siendo feliz.

— ¿No se supone que sos el novio? No deberías dejarla hacer el ridículo. — dice Guadalupe agarrándose la cabeza, estresada.

— ¡Si llega la patrulla bajamo' la persiana! ¡Alto alto, esto es un asalto! ¡Cuídame gaucho! ¡Marginado, te están buscando! — Fernando suspiro, yendo hacia Amelia, que no dejaba de bailar y gritar las letras de las canciones.

  Guadalupe dejo de ver la situación para centrarse en Carlos que estaba con Mariela, bailando.

— Mira yo te voy a ser sincera, porque no soy vueltera como vos y mis ovarios son más grandes que tus huevos.— dijo Guada, mirando directamente a los ojos de Carlos, el chico, un tanto nervioso se rasco el cuello.

— ¿Que querés? Mira si venís a reclamarme el perfume del orto, te aviso que no tengo plata, cuando me haga famoso te lo compro si quere' — Guadalupe rodó los ojos, dándose cuenta que el chico no había captado ni una de las indirectas que ella le había dado.

— Yo no te vengo a reclamar nada, enfermo, groncho de mierda. — la chica dándose por vencida, se volteo para irse, pero Carlos la detuvo.

PIEL,, Danilo Sanchez "Uru" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora