42. Carretera que no termina

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Enterramos a Beth, en un lugar lleno de flores y que es tranquilo, merecía eso. Y luego de haberla enterrado nos fuimos de Atlanta, dejando atrás todo lo que tenia que ver relacionado a Atlanta.

Noah nos llevó al lugar donde vivía, era el lugar donde Beth lo iba a acompañar porque él quería regresar ahí, solo fue un pequeño grupo para saber que tan seguro era o si seguía en pie.

Ninguna de las dos fue el resultado que esperamos y para empeorar Ty fue mordido y murió.

Ahí quedo la poca esperanza que teníamos en encontrar un lugar donde poder vivir, así que nos fuimos a Washington.

Y no porque nos espera un refugio con camas cómodas, comida deliciosa, duchas, agua potable en recompensa de llevar a Eugene y creará la cura, porque es mentira. Eugene nunca tuvo la cura, ni siquiera es un científico solo mintió para sobrevivir.

Un cobarde en pocas palabras.

Teníamos dos autos y poca comida, la comida se fue agotando y la gasolina también así que todos vamos en una furgoneta.

Hay como treinta grados, más dentro de esa furgoneta y con todos reunidos y apretados.

Nos detuvimos para buscar comida y agua, decidí ir sola.

Daniel y Carl querían acompañarme, pero pude librarme de ellos para caminar por el bosque sola.

Quiero estar sola por un momento.

Fingí que buscaba comida o agua por unos minutos hasta sentarme debajo de un árbol.

Estoy sudando, me siento exhausta, y me siento mal.

Mi estómago me duele por no comer, y aunque lo intente termino vomitando a escondidas porque siento el maldito sabor de carne en mi boca aunque no sea carne.

Saco mi navaja y abro la hoja, miro mi reflejo en ella y luego miro mi mano.

Llevo la punta filosa a la yema del dedo índice de la mano derecha, preciono tan fuerte que me logro sacar sangre, hice una pequeña mueca pero no duele tanto sino que se sienta algo bien.

Apartó la hoja y veo el hilo de sangre correr por mi dedo hasta llegar a la palma de mi mano, no hago nada por detener la sangre.

Beth esta muerta, Bob esta muerto y Tyreese esta muerto. ¿Cuánto nos queda a nosotros para reunirnos con ellos?

Deje de llorar, ni siquiera pude llorar en el funeral de Tyreese porque no sentía nada, ni siquiera tristeza.

Me siento como un cascarón vacío que intenta buscar alguna emoción en su interior.

Miro frente mío cuando escucho pisadas y gruñidos acercarse, es un caminante.

Viene hacia mí, simplemente me levanto y camino de regreso hacia los demás.

Dejando que el caminante me siga y si llega a atraparme que tenga que hacer lo que tenga que hacer.

Volteo cuando escucho que alguien lo hace caer, Daniel le clava el cuchillo en la cabeza.

Me voltea a ver y se acerca.

Daniel: ¿Estas bien?

Ellie: Si —una respuesta perezosa a comparación a su pregunta con tono preocupado.

Daniel: Te ha estado siguiendo y tú ni siquiera reaccionas, ¿qué sucede?

Ellie: No lo escuche —me doy la vuelta para seguir caminando.

Daniel: Ellie, me estas preocupando —llega a mi lado —. Estas decaída, casi no hablas y no comes.

Ellie: Si lo hago —digo a la defensiva.

𝗦𝗼𝗺𝗼𝘀 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲𝘃𝗶𝘃𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀Where stories live. Discover now