Capítulo 24 | Esos malditos ojos lindos

467 60 6
                                    


AO'NUNG

Tocarlo se había sentido tan real para él, como si no hubiera sucedido nada, como si no hubiera muerto. Se arrepintió de haber ido tan pronto su madre le avisó que había despertado. Esto debía ser una fantasía, un sueño. Se sentía tan surreal, como si se hubiera vuelto loco.

Aún sentía su calor en la palma de su mano. Intentaba escapar esa sensación, apartarse lo más que pudiera de él antes de que se sintiera más hundido en ese abismo sin escapatoria. Todo había vuelto casi a la normalidad, la paz de ese mes, la tranquilidad de sólo su compañía, con lo abrumante que era escuchar sus propios pensamientos. Decidió restarle importancia a todo, así pudo estar mejor, iluminar un poco su mundo o al menos quitarle un poco de neblina.

El agua bajo sus pies se sentía muy bien, esa sensación siempre venía de maravilla, siempre era deseada en su piel. Sus pensamientos nublandose una vez más de la suavidad ajena, aquella piel más oscura, de un azul nocturno. Había cerrado sus ojos, negando intensamente con la cabeza mientras la sujetaba con ambas manos intentando apartar la sensación.

—Hermano, siento molestarte.—se acercó con sutileza, ambas manos tras su espalda mientras interrumpía el momento.

Ao'nung volteó su rostro en su dirección, permaneciendo en su lugar inamovible.

—Padre quiere discutir unas cosas sobre nuestro problema.

La mirada de él era penetrante, seria, enfocada en lo que tenía para decir y cada una de sus expresiones, además del lenguaje corporal. Estaba analizándola por completo, intentando comprender la magnitud del asunto para prepararse mentalmente. Ella evitaba su mirada como si fuera lo más peligroso, ambas manos aún tras su cuerpo mientras se balanceaba de forma nerviosa.

Ao'nung frunció el entrecejo.

—Piensan crear un plan para atacar a los demonios del cielo. Toruk Makto está de acuerdo y nuestros padres, en especial el Oloeyktan, desean erradicar la amenaza inminente que suponen. —aún no le miraba a los ojos, sus palabras saliendo lo demasiado rápido como para trabarse en el intento un par de veces.

—¿Y tú qué piensas de ello?

—No lo sé... ¿que es peligroso? —se notaba la duda en las palabras de ella, una de sus manos saliendo de detrás de su figura para rascar su nuca. Luego miró a su hermano directamente a los ojos— Pero sé que hay que hacerlo si queremos que todos estén bien, si queremos que Kida'ri crezca en un buen lugar.

Había cierto afecto y sentido protector de parte de Tsireya tan pronto hubo mención de su nuevo hermanito, el cuerpo de Ao'nung tensandose allí al instante.

—Él no es nuestra responsabilidad, —su voz un tanto más cruda— pero entiendo tu punto.

Ella lo contempló por un par de segundos antes de volver a hablar.

—Creo que deberías ir... Te están esperando.

Y dio un largo suspiro antes de voltearse en dirección al marui donde se encontraban todos. Su actitud moldeandose un poco más, su cuerpo recto, rostro indescriptible, lenguaje corporal reducido a nada, controlándolo todo.

Las miradas de algunos puestas en él, metkayinas curiosos, preocupados, con ganas de saber más, pero lo suficiente respetuosos como para no indagar. Así estuvo de camino hasta que llegó e ingresó al lugar acomodándose junto a su padre sin decir o hacer nada más. Vio entre las personas a Kelaq quien le miraba preocupado junto a su esposa, y a uno que otro anciano del clan.

—Busca a Jake y su esposa, los necesitamos antes de continuar. —ordenó su padre una vez estuvo a su costado.

—Con el debido respeto, su hijo acaba de despertar, será mejor que les demos tiempo. —Era un tono monótono, no había intención de obedecer, pero tampoco de faltarle a la autoridad.

Poco Tolerable [AonuNete]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang