Momo un día cambio drasticamente, sabía pelear y le contestaba a sus maestros teniendo solo 13 años, se había hecho mala fama. Y Dahyun quería averiguar por que.
🎀 Capítulos largos.
🎀 Tipo novela romántica
🎀 Mención de violencia.
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Dahyun POV.
Momo se estaba comportando diferente.
No diferente mal, sino que...diferente. Cada vez que la miro se sonroja terriblemente, cada vez que me quiere hablar y me concentro en ella se pone nerviosa y comienza a tartamudear, cada vez que la abrazo se pone totalmente nerviosa, no me mal entiendan, lo adoro, me encanta tener este efecto en ella, pero siento que se debe a algo.
-Momo, mis padres quieren que vayamos a cenar hoy, estará la mamá de mi papá.
-claro - estaba mirando algo en su celular - ¿nos vamos a devolver? - esta vez levantó su cabeza para mirarme.
-no creo - sus ojos se quedaron en los míos por más tiempo y ambas sonreímos, me senté a horcajadas sobre ella y la besé, apretó mi cintura y sonrió en el beso, cuando me separé tenía una sonrisa boba y ojos enamorados, lo que me hizo sonreír.
-te amo - me dijo despacio - te amo y he querido decírtelo - no sé qué cara habré puesto porque se apresuró a explicar - está bien si tu no lo sientes, solo quería decírtelo yo-
-yo también - suspiré - yo también te amo.
Me abrazó tan fuerte contra su cuerpo que sentí que quería que nos volviéramos una, y para que les miento, yo también quiero eso.
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Había pasado una semana y Momo no contestaba mis llamadas.
Fui a su casa, pero no estaba su bici ni rastros de nadie, las chicas no saben dónde está tampoco, Mina y Sana no están por ninguna parte y el señor Tanaka esta igual o más preocupado que yo, no quiero pensar que se fue a japón sin mí, sin despedirse, hace una semana me dijo que me amaba ¿esto era todo? No podía ser ¿dónde está? Tzuyu y Chaeyoung estaban igual de desoladas que yo, Jihyo era la única a la que vimos en un 7eleven, pero no la alcanzamos y tuve el sentimiento de que si nos hubiera visto hubiera salido corriendo.
Escuche a alguien parquearse fuera de mi casa, pero no le presté atención hasta que reconocí la bocina, baje las escaleras a saltos, mis papás no estaban en la casa así que solo salí disparada hacia la puerta. Mina estaba mirándome desde el auto con una dormida Hinata detrás, sentí el corazón estrujado de alivio al saber que al menos Hina estaba aquí y estaba bien.
