18.2 ESPECIAL DE SAN VALENTIN

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||ESPECIAL DE SAN VALENTIN PARTE 2||

¿Cómo iba a saberlo? Es una locura.

Te mostré mi jugada y aún así me dejaste ganar.

¿Quién era yo para decir que esto estaba destinado?

El camino que estaba roto nos hizo encontrarnos.

Siempre despertaba antes de lo necesario. Quizá era un viejo instinto de su vida anterior que no había logrado erradicar del todo.

En ese momento no tenía razón para estar alerta.

Nadie abriría la puerta de su habitación ni golpearía la madera hasta astillar la superficie.

El frío no se colaba en su cuerpo con crueldad. De hecho, ya le era imposible sentir aquella vil sensación en las noches.

Bajo su barbilla sintió el suave roce de los cabellos de Luke, que se removió un poco dentro de su abrazo y respiró profundo antes de continuar durmiendo sobre su pecho. El aroma de Luke predominaba en la habitación y Ashton podía sentirlo incluso cuando no se encontraba con él dentro de aquellas paredes.

Desde que regresaron al palacio como una pareja enlazada sus rutinas se fusionaron. Ashton entregó su vieja habitación y Luke se instaló en el palacio. La administración les asignó una recámara residencial, como aquellas que solían entregar a los visitantes de la corte. Tenían un dormitorio que supieron acondicionar al gusto de ambos, un estudio pequeño y una salita.

Ese sitio era suyo. Cuando el príncipe Louis le entregó las llaves dijo que no tenía intención de recibirlas nuevamente. Ese día, por primera vez, le tomó la palabra a los ofrecimientos del príncipe. Porque luego de probar ese pedazo de paraíso, aquella primera madrugada junto a la respiración tranquila y acompasada de Luke, con su calor junto a su cuerpo, supo que jamás podría renunciar a eso.

Su nueva religión se había transformado en orar por la seguridad de Luke, por la perpetuidad de su sonrisa, por la bendición de escuchar su voz en aquella habitación cada vez que volvía de su jornada en las tropas de Aurea.

Ashton jamás había deseado tanto la paz de una nación como en ese momento. Cada día que no tuviera que preocuparse por la presencia de Luke en un campo de batalla era una bendición.

Prefería verlo con sus antiguos compañeros de guardia. Sonreía con orgullo cuando lo visitaba en las armerías y se detenía a observar al alfa supervisar a su escuadrón, ordenar asignaciones y verificar que todo marchara según lo estipulado por el Lord Comandante. De alguna manera Luke se había ganado al nuevo Lord Comandante y, donde el resto de soldados y guardias aún sentían cierto recelo hacia el recién llegado, Ashton no podía dejar de admitir que había sido una virtud de Luke ganarse al ex mercenario.

Sólo quería pasar el resto de sus días en esa idílica rutina. ¿Era mucho que los dioses le concedieran eso después de todo lo ocurrido?

Ashton no era alguien que se entregara a la autocompasión, pero sabía que al menos se merecía eso.

Estrechó a Luke contra su pecho, lo escuchó quejarse apenas en sueños, pero pronto se relajó cuando Ashton le acarició el cabello y la espalda. Cerró los ojos y se concentró en el latir del corazón de Luke. En la posición en que dormían podía sentirlo justo por encima del suyo. Suspiró el inmenso pensamiento que le embargó razonar cuánto lo amaba.

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⏰ Última actualización: Mar 08 ⏰

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