Capítulo Dos

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La primera semana estando en Yokohama no fue tan mala, aún tenía una semana más antes de que las clases inicien, así que suele ayudar a su tío en la cafetería atendiendo a algunos clientes para que su tío descanse

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La primera semana estando en Yokohama no fue tan mala, aún tenía una semana más antes de que las clases inicien, así que suele ayudar a su tío en la cafetería atendiendo a algunos clientes para que su tío descanse

Pero seamos sinceros, Su tío era quien de mejor forma, pues no se veía cansado y usualmente tomaba té y descansaba bien así que mejoraba aún más su condición física, si no fuera porque Ranpo le dijo que antes era un ex militar o algo así pensaría que era un extraterrestre

- Chuuya voy a tomar un pequeño descanso, te dejo la tienda a ti y a Ranpo

- Está bien, descanse bien

El hombre dio una pequeña sonrisa y salió del local dejando a ambos menores en el local, confiaba en ambos, Ranpo era muy inteligente para alguien de su edad y Chuuya estaba en clases de Karate así que dejó la tienda en buenas manos

Chuuya vio como una pareja de ancianos se levantaban y se despedían con una gran sonrisa del pelirrojo, este también se despidió con una gran sonrisa y una movida de mano de derecha a izquierda, agarró un pañuelo y se acercó a la mesa comenzada a limpiarlo y recogiendo la taza y pequeños platos

La puerta del local fue abierta, pero no presto atención de quien puedo haber entrado, limpio la mesa y se llevó la taza y los pequeños platos cuando entro a la cocina para limpiar los platos escucho el grito molesto de su primo

Sigilosamente, se acercó a la puerta abriéndola para lograr ver un poco, Ranpo se encontraba dándole la espalda mientras que adelante suyo se encontraba una cabellera castaña, frunció el ceño quizás no podía ver pero sí oír

- ¿Se puede saber qué demonios haces aquí? Ya te dije que no quiero que pongas tus sucios pies en este local

- ¡Pero Ranpo-San! Este es una de las mejores cafeterías que he entrado, no puedes botarme porque si

Hablo el otro joven, Chuuya se acercó aún más a la puerta para lograr escuchar muchas, pero por hacer eso por casi y es atrapado, aunque claro, conociendo a su primo seguramente ya sabio que se encontraba ahí espiando

- D-Disculpe, M-Mi orden

La suave voz de una joven hizo que Ranpo y el otro joven dejaran de pelearse con la mirada, el pelinegro dio un pequeño suspiro y toco su cien

- Chuuya anda toma la orden de la chica

La puerta fue abierta dejando ver a chuuya con una pequeña sonrisa intentando ignorar la mirada un poco enojada de su primo, No digo ni hizo nada, solamente se acercó a la joven para anotar su orden

- ¿Nuevos trabajadores?

- No es un trabajador, Idiota. Es mi primo

- Oh...

La mirada del castaño no dejaba de ver al pelirrojo que se encontraba atendiendo a la joven con una amable sonrisa, Él también quería que lo atendiera con una sonrisa, vio como este se alejó de la joven para regresar otra vez a la cocina

Dulce y agrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora