10. Una "cita" según Keyla, nada para mi

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ASHLEY
Al llegar a casa me sentía super culpable por haber ingerido comida basura, así que fui al baño a vomitar,tratando de hacerlo lo antes posible y así evitaría que mis padres sospecharan.

Me puse de rodillas frente al retrete, comencé a llorar, no podía parar, me sentía fatal y me metí dos dedos en la garganta, pero no conseguí vomitar así que lo repetí y repetí hasta que de una vez por todas lo conseguí.
Tire de la cadena y me quede frente al retrete con los ojos cerrados sintiéndome un poco mejor, por unos segundos me sentí aliviada, pero encontré la báscula que, aunque mis padres trataran de esconder siempre lograba encontrar.
Había engordado, otra vez, me volví a encontrar super mal conmigo misma, debía controlarme, de que me sirve pasarme el día intentando evitar la comida y pasar hambre si nada de eso cambia.
Estaba harta de sentirme como una mierda cada vez que me miraba al espejo pensando en cómo era el cuerpo de las otras chicas de mi edad y el mío era incomparable con cualquiera de ellas. Nunca llegaría a ser como ellas por mucho que lo intentase.
Antes de salir del baño me lave la cara para intentar disimular mi estado, pero mis ojos estaban hinchados y mi cara enrojecida.
Fui a la cocina a beber un vaso de agua para quitarme el sabor de la bilis de la boca.
Escuche como alguien venía, era mi madre, gire sobre mis pies y fui a darle un abrazo, lo necesitaba, es mi madre y yo me sentía fatal y pase lo que pase las madres al final lo saben todo, tienen un sexto sentido o algo así.

* * *

Al despertar por la mañana me sentía mucho mejor que la noche anterior y había pasado horas en llamada con Keyla, cuando me fui de Springfield prometimos que haríamos videollamada una vez a la semana como mínimo para no perder la amistad. Así que estábamos haciendo nuestra videollamada semanal, ella me contó algunos cotilleos de los que se había enterado y yo le conté lo que había pasado con Ethan.

-Con que una cita… - insinuó ella.

–¡Keyla ya te he dicho que eso no era una cita!

–Pues tal y como me lo estás contando está claro que parece una cita. ¿Cena en el Burger King los dos solos? Ashley eso es una cita, aunque no lo hayáis llamado así.

–Bueno... tal vez tenga pinta de cita, pero ya te digo yo que no lo era, no insistas.

Seguía hablando con Keyla de mi “cita” –como ella decía – cuando llamaron a la puerta.

-Oliver puedes pasar.

En cuanto llamo supe que era él, desde pequeños tenemos una especie de código, golpea la puerta tres veces, espera dos segundos y vuelve a llamar. Oliver y yo siempre hemos estado muy unidos, él siempre ha estado ahí para mí, al igual que yo para él. Somos como uña y carne.

–Ash,va a venir Harry y puede que se quede a cenar – me comunicó dejándose caer sobre el marco de la puerta.

–¿Es el chico de la fiesta?

–Si, todavía hablo con él – hizo una pausa al ver que giraba  con las ruedas de la silla del escritorio dejando al descubierto el ordenador donde estaba Keyla al otro lado de la pantalla escuchando nuestra conversación – Ah, hola Keyla.

–Hola Oliver –le saludo ella al otro lado de la pantalla.

Mi hermano no tardó en irse y dejarme que continuara hablando con Keyla. Ella preguntó por el chico de la fiesta del que había hablado Oliver y yo le expliqué que era un chico al que mi hermano conoció en la fiesta en la que a la salida me choqué con Ethan.

Mil razones para quererteWhere stories live. Discover now