labios rotos. esteban kukuriczka.

09.

OO. LABIOS ROTOS 💌💗 !
nueve; miedos e inseguridades.

Esteban no podía dejar de pensar en lo sucedido en la tarde de ayer con Kiara, aquella sensación de tristeza inmensa que lo invadió al verla tan alegre con otro chico, que para colmo no era el. Cómo es que se tuvo que tragar sus sentimientos por el miedo a no ser correspondido y la forma en la que siente que se quedó con el corazón en las manos, sin saber a quien dárselo para que lo sostenga y se encargue de cuidarlo.

Quiere dárselo a Kiara, pero no está seguro si ella querrá tomarlo. Siempre fue malo para darse cuenta de si una chica está interesada en el realmente o solo está siendo amable. Más de una vez confundió amabilidad con coqueteo y sinceramente se siente avergonzado por aquello, pero también triste, cree que son tan pocas las veces que alguien le coqueteo que no sabe cómo es realmente ese tema.

Se considera una persona que ama amar, le encanta el romance y todo lo cliché. Se paso toda su vida buscando una persona con la cual poder celebrar su amor, pero la mayoría solo lo toleraba.

Se encuentra sentado en el sillón de su casa, intentando releer el guión de la película en la que está trabajando. Los días pasan y su partida de Argentina está cada vez más cerca, no sabe cómo hacerle saber a Kiara que estará ausente por unos meses, no quiere despedirse de ella y perder todo tipo de contacto, es algo que sabe que no podría aguantar. Necesita la presencia de Kiara en su vida como si fuera el oxígeno que lo ayuda a vivir cuando es difícil respirar.

Escucha pasos a lo lejos y sabe quién es, hace unos cuantos días que su amigo Juani se vino a quedar en su casa debido a que en su departamento están reparando unas cosas. No es la primera vez que pasa por lo que para el ya es una costumbre tener al chico de rulos deambulando en su hogar, no le molesta, al contrario, le encanta su compañía.

—¿Seguís leyendo el guión? ¿no te lo sabes de memoria ya? — le pregunta el de ojos claros, mientras pone la pava para el mate.

Esteban se encoge de hombros y lo observa desde su sitio.

—No tengo otra cosa que hacer, además, sabes que soy perfeccionista, tengo miedo de olvidarme de un diálogo y que Jota me putee — le explica el más grande, y a lo lejos escucha la risita de Juani.