22 | Simplicidad

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La luz blanca atravesaba el cristal en la cabecera de la cama, la suave brisa movía las cortinas blancas transparentosas, dándole caricias a los cuerpos acostados sobre aquella cama de ahora sábanas color amarillo crema.

El pelinegro se removió un poco girando su cuerpo hacia la izquierda, su rostro enterrado en las almohadas se frunció un poco entreabriendo los ojos hasta adaptarse a la claridad, allí a su lado notó una cabellera plateada casi rubia y una espalda desnuda la cual los mechones cubrían. Levantó su mano y con el dorso de los dedos le acarició el brazo, movió su cuerpo hasta colocarse detrás de ella para abrazarla por la cintura.

Despertar así era hermoso. Y era lo que quería, sin duda.

Los delgados labios besaron tiernamente su hombro y luego su mejilla, sintiendo como se movía suavemente, la vio colocarse boca arriba, regalándole una hermosa sonrisa que a él le encantaría ver todos los días.

—Buenos días —murmuró con su voz ronca y masculina por recién despertar. Le mostró su mejor sonrisa y para ella pareció un hermoso conejito. Jk era una armadura que resguardaba al verdadero JungKook.

—Buen día —respondió ella con una sonrisa en su rostro y sus ojos entrecerrados por la claridad— ¿Qué hora es? —preguntó confundida mientras se giraba buscando su celular.

—No, no —pronunció con una risita de por medio mientras abrazaba a la chica. No dejaría que se fuera aún— es muy temprano, y hoy quiero que desayunemos juntos ¿Qué dices?

La risa suave de EunJi iluminó el rostro del chico, y allí mismo se preguntó: ¿En verdad se estaba enamorando de ella?

—Claro... De todos modos te toca a ti invitar el desayuno —asintió acariciándole la mejilla con sus dedos. JungKook con su amplia sonrisa se acercó a ella y le dió un beso suave.

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La mesa se veía hermosa con todos los platillos que entre anécdotas y risas prepararon juntos para desayunar. Justo después de levantarse y tomar una ducha fueron hasta la cocina por algo delicioso y allí se les ocurrió la idea.

—Esto es... Diferente —sonríe amplio la pálida que sostenía su cabello en un moño despeinado.

—Lo es, créeme que también se me hace extraño desayunar junto a alguien, puesto que... Normalmente desayuno solo o... fuera de casa. —responde tomando un poco del pan tostado junto a los tocinos.

—Ya lo hemos hecho, pero... siento que esta vez es distinto. —Jungkook asintió bajando un poco la cabeza— Pero de verdad es muy lindo JungKook. Yo siempre desayuno con mi abuelo o... Sola como la mayoría de veces. —se encogió de hombros y él frunció el ceño corriendo su silla hacia el lado de ella.

—Ya no hablemos de cosas tristes ¿Sí? —tomó su mano haciendo que sus miradas se conectaran, transmitiendo una sinceridad extraña— mejor sigamos comiendo —animó tomándole el rostro desde su mejilla para depositar un suave beso en sus labios.

Ágilmente tomó uno de los bocadillos y lo introdujo en la boca de ella haciendo que se quejara, mientras el chico sólo pudo soltar una carcajada.

—Te encanta jugar ¿verdad? —se acercó con peligrosidad al chico que ya estaba alejándose un poco del rostro femenino vengativo.

Con su cuerpo inclinado hacia adelante y el del pelinegro hacia atrás le hizo ver su intención de besarlo, este cerró los ojos esperando ese choque que lo volvía loco, pero esta vez recibió un poco del tocino que hace rato comía. Escuchó su hermosa risa y al abrir los ojos la vio corriendo lejos de él.

Light My Cigarette © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora