25 | En mi camino

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『-♠︎-』

Pasos sonaron en el taller causando las miradas sorprendidas de algunos trabajadores. Aquel pelinegro que desde hace dos días estaba encerrado en su apartamento bebiendo sin control llegó a su habitual lugar de trabajo, inmediatamente fue hasta su oficina en donde había dejado unos documentos pendientes, mientras que detrás de él los pasos apresurados de sus amigos lo seguían.

-Jk -llamó con sorpresa el peligris.

No recibió respuesta hasta que el menor se sentó en su silla de cuero detras del escritorio y miró a ambos con cansancio.

-¿De qué me perdí? -preguntó con su voz ronca mientras revisaba a detalle esos documentos sobre su escritorio.

-No mucho -negó el castaño sabiendo que hoy no era día para bromas, no con la cara que se traía su pequeño hermano.

-Define mucho -pidió aún sin mirarlos. Se sentía agotado y tanto era su debilidad física que ansiaba la hora de sentarse en su silla desde que salio de su auto. La próxima vez no tomaría tanto.

-Pues llegaron las llantas para el Ferrari y para el auto de Jimin -respondió con simpleza para luego continuar. V era el encargado de las cuentas y su carrera de administración le ayudaba demasiado, eso lo agradecía pues era su hermano y era de confianza- también los impuestos que hay que pagar y el recibo de la energía. No mucho como ves -el pelinegro asintió conforme y se permitió preguntar lo que lo trajo al lugar.

-¿Cho? -miró a ambos con atención mientras se dejaba ver las algo pronunciadas ojeras.

-Hasta ahora no ha aparecido por el lugar. Sin poder comunicarnos, el mismo dijo que vendría pero... Nada -negó el castaño con cansancio. Mientras Jk no estaba todo el trabajo recayó en Jimin. Aún no entendía como Jk soportaba dicho puesto.

-Aparecerá tarde o temprano -dijo seriamente mientras jugaba con un bolígrafo- mientras no lo haga, más tiempo tenemos de reunir todo el dinero.

Mierda, como se arrepentía de haber confiado en la ayuda de ese malnacido.

-Exacto -afirmó V, quien ya perdió la cuenta de cuantas veces calculó los ingresos del lugar para pagar la deuda. Claro que eso restaba ganancia para los tres propietarios, pero preferían eso a que sus empleados quedaran sin trabajo.

-V encárgate de analizar los pagos nombrados, y haz un informe de cuánto será el gasto para sumar lo restante al pago de Cho -el castaño asintió para salir del lugar con una nueva tarea pendiente.

-¿Cómo te sientes? -la pregunta de su mejor amigo hizo que reaccionara de su pequeño trance de sólo segundos.

-Ni yo sé -respondió negando. Sabía muy bien que estaba mal con respecto al alejamiento de EunJi, pero estuvo mal por dos días y de tanto tomar ya no le pasaba ni una gota más de alcohol.

-¿Ella... -la pregunta quedó a la mitad cuando Jk arrugó la cara elevando sus palmas. No quería que la mencionaran.

-Ella nada, Jimin. -negó cansado. No quería hablar de EunJi por ahora- me siento muy mal, lo menos que necesito es sentirme peor.

Jimin entendió a la perfección su molestia, su amigo siempre ha sido débil ante las resacas y estaba seguro que esta lo estaba matando internamente ya que él nunca tomaba demasiado y dos días seguidos sin parar parecía haber sido mucho.

-Claro... Pero cuentame ¿Estos dos días... -nuevamente fue interrumpido pero por la voz gruesa de su amigo.

-Mal, muy mal. -sinceró con un suspiro de por medio luego de tirar su cabeza en el espaldar.- me ha vuelto tan dependiente de ella que en estos dos días no he dejado de extrañarla como un mendigo. -apretó sus labios sintiendo ese nudo en el pecho.

Light My Cigarette © JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora