Amigas

8.8K 53 31
                                    

Sophie quiere recordar cómo llego a aquella situación, en la que ella está explicándole a su mejor amiga cómo diablos masturbarse y obtener un orgasmo.

Debe decir que todo fue culpa suya. Cómo casi siempre.

Pero es que, desde que había descubierto que amaba masturbarse y acabar, los pensamientos calientes no abandonaban su mente. Luego había recurrido al porno, lo cual, no le había gustado demasiado. Pero las imágenes ayudaron a su imaginación con poca experiencia.

Así que, se había vuelto una tradición para ella masturbarse por la noche. Solo deslizaba su mano con cuidado debajo de su ropa interior y sus dedos se encargaban del resto. Primero, solo acariciaba en círculos y luego, con el paso de los días, eso no fue suficiente. Así que busco en internet y aprendió como follar su agujero con sus dedos.

Había sido maravilloso.

Así que bueno, un día, su amiga Eloise la había invitado a ir a dormir a su casa. La pelirroja había aceptado, emocionada. Pero no pudo evitar extrañar masturbarse aquella noche, así que había decidido esperar a que su amiga se durmiera.

Debe haber hecho demasiado ruido, o Eloise no estaba profundamente dormida cuando comenzó, porque cuando Sophie deslizó su primer dedo dentro de su coño húmedo, pudo escuchar a su amiga decir:

-¿Qué estás haciendo?

El cuerpo entero de Sophie se paralizó, su corazón latiendo con fuerza. Retiro con cuidado el dedo de su coño, gimiendo ante la perdida.

La luz de la mesa de noche se encendió. Eloise la observaba expectante, casi intrigada. Las mejillas de la pelirroja ardían con fuerza.

-Te...¿acaso te estabas tocando?.-Preguntó la castaña, sus llamativos ojos marrón oscuro aún la inspeccionaban.

Sophie mordió su labio inferior, completamente avergonzada.-Dios, lo siento tanto. Es que lo he hecho un par de veces antes de dormir, y pensé que no ibas a enterarte si esperaba a que estuvieras dormida.-Sus ojos se empañan un poco por las lágrimas que arriesgan con escapar.

Eloise luce sorprendida antes de negar con su cabeza. Sale de su cama y se acerca hasta donde se encuentra la pelirroja. Acaricia su cabello, en un intento por calmarla.

-Tranquila. No estoy enfadada.-Murmura la chica, una pequeña sonrisa en sus labios.-Solo...te escuché gemir y me dió curiosidad.

La pelirroja parpadea.-Oh.

Eloise rie.-Es que he estado leyendo. E intenté tocarme, pero...no se siente bien, ¿sabes?

Entonces Sophie asiente, comprendiendo.-Al principio no sabía cómo hacer para correrme. ¿Es lo que te sucede a ti?.-Pregunta, su amiga muerde su labio con nerviosismo.

-Si.

-Puedo mostrarte.

-¿Mostrarme?.-Repito la chica y la oji-azul se apresura a aclarar:

-Solo si estás de acuerdo.

Ve a su amiga asentir lentamente. Le regala una sonrisa nerviosa y se vuelve a acomodar en la cama, dejándole un espacio para que su amiga se recueste a su lado. Aún así, Eloise se queda en su lugar, ojos atentos. Parece no querer perderse ningún detalle.

-Suelo tocarme con la ropa interior puesta, pero, como necesito que veas, me la quitaré.-Espera un momento, por si la chica se arrepiente y le dice que no, pero Eloise solo parpadea, expectante.

Soltando un suspiro tembloroso, desliza sus bragas hacia abajo. Quedan al final de sus tobillos y luego las empuja fuera, no queriendo que molesten. Separa sus piernas, sintiendo sus labios empapados.

Relatos lésbicos +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora