Cita médica.

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-Bien, señorita Willson, ¿por qué no se prepara aquí mientras salgo a buscar algo?.-La mujer le sonríe de manera cálida.

Susan presiona sus manos de manera nerviosa antes de asentir, obedeciendo de inmediato cuando la doctora se retira. Había ido al médico por una revisión, solo por chequeo, pero su doctor habitual no estaba, así que le había ofrecido un turno con la doctora a cargo. La castaña había aceptado, ya que no le importaba demasiado.

Pero comenzaba a arrepentirse. La mujer que iba a revisarla era impresionante. Claramente, tenía al menos diez años más que ella. Unos ojos preciosos, rostro delicado y un cuerpo impresionante.

Era malo que estuviera un poco caliente de solo verla?.

Diablos, si. Debería cancelar la cita cuánto antes. Antes de que la mujer tenga que bajar y revisar su coño húmedo.

Pero, sabiendo que ya es tarde, solo suspira y se quita la ropa, luego poniéndose la bata. Se sienta en el borde de la camilla, moviendo sus piernas de manera nerviosa.

Un par de momentos después, la doctora Coleman ingresa, con un portapapeles en mano. Le sonríe una vez más cuando divisa a su paciente y luego pone manos a la obra. Se coloca los guantes con cuidado antes de decir:

-¿Por qué no te recuestas? Comenzaremos en un momento.

Susan asiente, sintiendo sus manos humedecerse. Puede que su coño un poco, también. Había visto suficiente porno como para no tener un par de fetiches, el cual incluía las personas con ciertos uniformes.

Jesús.

La doctora se acerca, toma asiento frente a las piernas de Susan y mira a la castaña.-Separa las piernas para mí, por favor.

La joven obedece, casi con temor. Coleman murmura algo por lo bajo, sus ojos atentos al coño frente a su mirada. Luego, asiente. Su mano derecha, con guantes, se acerca a la zona. Separa con cuidado los labios, inspeccionando.

-Todo parece en orden aquí.-Menciona, toques cuidadosos en la zona. Susan no necesita ver para saber que su coño está un poco húmedo. Hace un tiempo que nadie la toca, así que cualquier movimiento de la mano que la inspecciona hace que su coño reaccione.

-Tomare una muestra.-Menciona la mujer, su mano izquierda queda sobre el coño de Susan mientras con la derecha busca algo en uno de los cajones a su lado. Tal vez de manera inconciente, el dedo pulgar de la mujer acaricia el clítoris de la joven.

Susan deja escapar un suspiro tembloroso.

-¿Te encuentras bien?.-La doctora menciona. Su dedo aún acaricia de aquella forma casi inconciente el botón de nervios y Susan quiere gritar. Y pedirle que la toque. Que la haga correrse.

-Bien.-Dice casi de manera entrecortada.

La doctora Coleman la observa por un momento. Luego retira su mano y deja el objeto que había sacado del cajón en la pequeña mesa que de encontraba a un lado.

-Esta bien. ¿Has mantenido relaciones sexuales o te masturbas?.

Susan la observa, eleva un poco sus cejas.

-Necesito saber para ser cuidadosa. No quiero lastimarte al tomar la muestra.

La castaña muerde su labio.-Me masturbo.

Los ojos de la doctora parecen brillar por un momento, antes de asentir, casi complacida.-Muy bien.-Toma con cuidado el objeto transparente de la mesa, y le coloca un líquido, el cual Susan supone que se trata de lubricante.-Debo ingresar esto en tu coño, ¿está bien? Pero debes decirme si te duele. Solo será un momento, para tomar muestras.

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