Capítulo 23: Karina

45 8 4
                                    


ALEKSEI


—Habla Igor. —responde mi primo con un tono burlón, acomodándose en la silla frente a mi escritorio y activando el altavoz para que ambos podamos escuchar la llamada.

—Eso ya lo sé. —La voz chillona de mi hermana, se escucha detrás de la línea telefónica, revelando irritación.

—Primita, pero ¿a qué debo el honor de tan madrugadora llamada? —La burla en la voz de Igor es notable, jugando a su vez con la paciencia de Karina.

—¿Dónde está el maldito de Aleksei? Llamo a su teléfono y no me contesta.

«No he escuchado ni una». 

Busco frenéticamente el bendito aparato en el bolsillo de mis pantalones. No lo encuentro. Me animo a revisar mi saco, y al encontrarlo, lo enciendo para revisar las llamadas perdidas de las que habla Karina. Pero está sin batería.

—Está apagado. —Igor interviene por mi. —Pero cuéntame, acá estoy con él.

—Ese maldito —gruñe, mientras se escucha movimiento de puertas cerrarse en el lado de mi hermana.

—Me dijiste que si encontraba algo raro sobre mi esposo,  te avisara... —Reanuda la conversación y antes de que Igor pueda reaccionar, le arranco el teléfono de las manos  a Igor, mientras me gano un "¡hey!" de protesta por su parte.

—Habla de una vez. —Mi tono es firme, aunque por dentro los nervios me consumen y la desesperación corre por mi torrente sanguíneo por descubrir qué sucede.

—Oh, mis oídos han sido bendecidos por el ingrato de mi hermano favorito. —Karina se mofa, y tenso la mandíbula mordiéndome la lengua para no soltar una andanada de insultos. 

—El único que tienes. Karina. Ahora dime. O en el mejor de los casos convénceme del porque debo creerte con lo que me vayas a decir. O mejor dicho ¿Por qué piensas traicionar al inútil de tu queridísimo marido?

—Se apellida Pavlenko, y va más pasos delante de ti. Después de todo, dudo que sea inútil. Como dices llamarlo. —La indignación y sarcasmo invaden el sistema de Karina.

—No me dices nada Karina. Chasqueo mis dientes. Frunzo el ceño, intentando mantener la calma. 

—Y... No te lo diré hasta que me invites un delicioso obed. Almuerzo. —Su tono se vuelve ahora desafiante, y mi paciencia se agota rápidamente

—Estás loca.

—No es novedad hermanito...

—Pero aún no entiendo ¿Porqué lo haces?

—Te lo diré cuando te vea. 

—Perderías tu oportunidad. ¿No te das cuenta con quien estás hablando?

—Si, estoy hablando con mi hermano. No con el asesino y gobernante de la Bratva, Aleksei.

—Si no me das algo en medio minuto, cortaré la llamada.

Escucho el bufido de frustración de mi hermana y puedo sentir que tal vez se esté tirando de sus cabellos.

—Esta bien. gruñe. Te lo diré, aún no se si te habrás dado cuenta, pero también tengo una hija. Quiero hacer un trato contigo y salvarla.

—No. Respondo de manera automática.

—¿NO? —La indignación en su voz hace que me duela la cabeza. —Eres un ... Agh.

SACRILEGIUM [+21]Where stories live. Discover now