Ordinary Things

15 1 0
                                    

"Me gustaría tocar una serpiente"

Expresaste asombro y curiosidad cuando te respondí que quería para mi cumpleaños, apenas era agosto y mi cumpleaños sería en diciembre, tampoco me esperaba esa pregunta ¿Puedes culparme? Solo quería tocar una serpiente, eran frías, eran letales, eran preciosas.

Después de eso seguimos hablando de temas triviales, pero algo en ti se había quedado con esa respuesta, y lo admito me sorprendiste cuando fuimos a esa expedición del zoológico y justamente dejaban que pudiéramos tocar una serpiente, también había un geto pero yo estaba más ansiosa por tener a la serpiente en mis manos, me dió cosita porque no dejaban que abriera la boca pero entiendo que era por seguridad de las personas.

Pero ese detalle fue muy extraordinario de tu parte, te tomaste el tiempo del investigar y me llevaste a ese lugar luego de mi trabajo, admito que tenía una ligera sorpresa porque lo había visto en mis redes la exhibición del zoológico pero pensé que ya había pasado el tiempo y que eran exclusivamente para otras personas, tu cumpliste mi deseo.
Cómo me envolviste en un abrazo y me susurraste en el oído.

"Feliz Cumpleaños adelantado"

Para ese momento mi corazón latía y podía salirse de mi pecho, tomaste muchas fotos como recuerdo de mi peculiar regalo, pensé que solo estabas viendo tu celular pero no, estabas guardando ese momento Incluso grabaste la manera en como mis ojos se agrandaban y brillaban como dos inmensos soles ante el regalo.

Había puesto indirectas de lo mucho que me encantaría que hubiera una persona grabandome en momentos random, tú fuiste esa persona, me cumpliste el deseo.

Cuando llegamos a tu casa luego de esa cita, una semana después de que tú te hubieras quedado en la mía, tu mamá nos recibió, en ese momento me percate de lo mucho que se parecían, misma sonrisa, misma tez de piel, mismo cabello negro y brilloso, tu madre para mí fue un sol, me recibió cariñosamente al llegar y eso que no habíamos dicho que éramos pareja si no el término de amigos con derecho.

Me llevaste a tu habitación luego de conocer a tu madre, tu padre y tus dos hermanos, los mellizos Willow y Will, adorables, a pesar de estar en plena flor de la adolescencia.

"¿Quieres?..."

"Quieres..."

"Ser..."

"Ser..."

"...Mi Novia?"

Jugamos a repetir las palabras, al terminar de pronunciarlas, no podía creer lo que tus labios estaban diciendo, me dejaste paralizada, estaba encima de tu pecho con una sonrisa divertida, tu tenías la misma sonrisa, esperaste en silencio mi respuesta.

Solté un grito agudo, que tu madre se asustó un poco por eso pero ¿Podías culparme? Me habías dado un maravilloso día al cumplir mi deseo y luego ir a tu casa para pasar el rato ¿Enserio? Lo que menos creía es que te había enamorado, incluso cuando la respuesta fue sí, mi instinto me daba la precaución de ir con cuidado, que a lo mejor era solo emoción de lo que sucedió pero no, me lo pediste y me sentí bien...

Infinita, me sentí infinita a tu lado, me sentí capaz de cualquier cosa pero contigo.

Empecé a disfrutar más de la idea de salir, la idea de celebrar mi cumpleaños, la idea de pasar los días festivos, los domingos echados en cama, empecé a disfrutar de las cosas más ordinarias para convertirlas en extraordinarias.

Me llevaste a lugares que no había visitado, me mostraste una perspectiva muy diferente a la que había soñado, claramente, cegada y embelesada, me termine convirtiendo en esa bailarina en la palma de tu mano, transformando cada cosa en algo espectacular.

Cosas sencillas como tocar el timbre de casas y salir corriendo, como correr bajo la lluvia y besarnos bajo un pórtico mientras escuchábamos las gotas caer, como besarnos bajo la lluvia con cariño, como también ir a leer juntos, sabías lo mucho que amaba los libros y me llevaste a una librería, no hay muchas en nuestro pueblo pero estaba ahí, con cientos de libros que podía leer ¡Y eso estaba a solo unas dos calles de mi casa! No tenía idea.

Me hiciste tan feliz en tan pocas semanas, en tan poco tiempo pero... Lo bueno no dura para siempre ¿No? Así suelen decir, como pequeñas cosas ordinaria, se convirtieron en extraordinarias y como esas cosas extraordinarias se tornaron momentos dolorosos.

¿En qué punto pasamos de vivir de esa forma a sobrevivir con pensamientos intrusivos?

A sobrevivir con sexo de reconciliación, a besos de disculpas y a caricias frías sin sentido para buscar el calor del otro.

"Por más molestos que estemos, nunca deberíamos gritarnos."

"No deberíamos acostarnos enojados."

"Deberíamos comunicar si algo del otro nos molesta."

Peticiones, fueron peticiones que yo había puesto al inicio de nuestra relación, para que no hiciéramos una estupidez, para que pudiéramos tener una buena relación, pero claro... No sé si fuiste tú o fui yo, que inconscientemente cambiariamos.

Permitimos tanto del otro que cuando comunicamos nuestras inseguridades ya había todo un fauna de creación en nuestros corazones y cabeza, cedimos, cedimos sin freno, pisamos el acelerador y fuimos hasta el fondo.

Me preguntó ¿Sentías obligación para besarme? ¿Sentías la obligación para hablar de lo que te molestaba? ¿Sentías obligación enviarme el típico mensaje de buenas noches? ¿Lo sentías parte de ti o simplemente sentías la obligación de responderlo?

¿Dónde quedaron los momentos que convertimos extraordinarios a ser solo ordinarias cosas?

Eternal SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora