THE LOST RING

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— Maldito hijo de puta, te lo tiraste

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— Maldito hijo de puta, te lo tiraste.

—Olvidé decirte.- dijo Will entre risas, mientras se enderezaba en su silla, tratando de contener el torrente de risas que amenazaba con escaparse.

Aunque mantener la mentira sobre haber tenido sexo con Mike no estaba dentro de sus planes, Will decidió hacerlo por consideración hacia él.

Max está con una sonrisa juguetona bailando en sus labios. — Perdonado, solo porque sé que te estabas volviendo loco por él.

— ¿Qué? .- Will levantó una ceja, simulando incredulidad. — Claro que no.- dijo mientras tomaba una aceituna de la copa y la llevaba a su boca.

— Por favor, trataste casi todo el mes poder estar en sus pantalones, estabas enloqueciendo.- dijo con un tono de complicidad. — Debe ser porque fue el primer chico que te rechazó una follada.

Will rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. —Bueno, le duró poco.

Max se recostó en el respaldo de la silla. — Yo creo que duró bastante en negación.

— Bueno pero ya follamos.. y él me buscó.

— Increíble. - ríe burlándose, sarcástica.

— Ugh, cierra la boca. - Will suelta una risa, levantando la copa de margarita y bebiendo hasta el último sorbo, dejándola con un golpe suave sobre la mesa.

— Parece que finalmente lograste tu cometido después de tanto tiempo. - ella eleva las cejas juguetonamente.

— Oh, cállate. No es como si estuviera planeando eso desde el principio.

Max levantó las cejas.— ¿Oh, en serio? Porque recuerdo algunas conversaciones nuestras donde parecía que eso era exactamente lo que querías.

— Bueno, tal vez hubo un poco de verdad en eso. Pero no significa que estuviera planeando cada movimiento con precisión militar. Además, él fue quien me buscó, ¿no? Así que técnicamente, él tomó la iniciativa.

— Ah, la justificación perfecta. Te lo has ganado, Will.

—Que molesta eres.- rueda los ojos, en una sonrisa, y se levantó de su asiento. — Iré por los tragos. 

Mientras se dirigía hacia la barra para pedir su bebida habitual, espera pacientemente moviendo su anillo en su dedo, estaba suelto. Se quejó bajo, y siente una mirada penetrante a su costado, puede percibir cómo alguien lo examina de arriba abajo con curiosidad. No es una sensación nueva para él; aveces lo miraban de más por ser el menor de los Byers, y porque su atuendo a menudo atrae la atención, para bien o para mal.

Will rueda los ojos ligeramente mientras coloca una mano en su cintura, mostrando una leve impaciencia ante la insistente mirada del desconocido. Sin embargo, decide ignorarlo por el momento, prefiriendo mantener su atención en el camarero que prepara los tragos con meticulosidad detrás de la barra.

HEARTLESS • bylerWhere stories live. Discover now