El demonio y el tren

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La noche seguía vigente sobre la copa de los árboles, la oscuridad invadiendo bajo las sombras de los árboles guiando se por la luz de la luna que se colaba por los pequeños huecos. Invadida de cualquier bestia oculta en su interior, ocultandose y esperando por sus presas hasta ser cazados.

Con cazadores confiados de tener un pilar en el perímetro, confiandose del aroma limpio y natural del bosque, respirando el aire pulcro llenandose los pulmones y suspirando tranquilamente esperando el día, el sol encima de su piel.

-¡Tomioka-sama, ¿se encuentra bien?! -el escándalo alertó a los pájaros durmientes en los árboles asustando uno que otro cazador o kakushi cerca.

El único pilar en el bosque rodeado de varios demonios de alto rango, había caído a piernas dobladas golpeando sus rodillas en la tierra jadeando de cansancio sosteniendo su katana con una mano temblorosa y su corazón golpeando su pecho con ancia. Queriendo parar a toda costa ese sentimiento ignoto, no saber la cuna de la preocupación la ansiedad,un mal presentimiento.

La ansiedad invadió los cuerpos de todos, dejando los jadeos como único sonido. El vapor siendo expulsado de su cuerpo hacia el frío de la noche, con el ardor raspando su garganta, carraspeo ahogado. El miedo impregnadose en el lugar cuando el aire pulcro se contaminó de un horroroso aroma.

Las quejas del pilar rendido no se hicieron esperar, aquel tosco carraspeo en su garganta raspada alertaba al cazador herido a sus espaldas. El silbido invadió los oídos de los cazadores, seduciendo con su suave sonido las mentes aterradas hasta que callejón tres.

-¿Que mierda sucede? -ese sonido perturbador lo obligó a taparse los oídos viendo como algunos caían de rodillas convulsionando hasta morir.

La tos empeoró acortando los tiempos para respirar, pareciendo desesperado por un poco de aire mientras que el silbido melódico debilita a sus sentidos con brutalidad, adormeciendo sus extremidades hasta casi sentir desembramiento, cada fibra de musculo, hueso, venas y tendones qué se cortaba el flujo.

Los pasos junto a las gargantas ahogadas en la convulsión. La risa siniestra de superioridad. Un demonio alto y musculoso, cuello largo, cabellera larga y negra con un aspecto de ojos I usualmente afilados y amarillos, cargando en sus garras una flauta de carne.

-Cachorro y omega~ -su putrido aroma debilitó a ambos morochos, los viejos instintos del demonio seguían activos, "seduciendo" al omega con su aroma, atrayendolo y procrear, aun si su semilla ya no brindaba vida -Omega bello -aquel ronroneo malicioso puso los cabellos de punta a Genya.

Ese demonio inusual atacaba con sus feromonas putridas debilitando las defensas de los cazadores y su defensa mayor.

-¡He aqui cazadores! ¡Presencian la aparición del emperador Ryosuke! -alzaba sus manos tan superior ante ellos, inflando su pecho de superioridad y de dominancia. Deleitandose con las mentes fregiles cayendo bajo su fuerte aroma putrido.

-Tomioka-sama, quédese atrás yo los protegeré -la valiente beta se puso frente a él, con determinación sujetando su katana, consentrando su respiración sin dejar que el temblor de sus manos dominada sus sentidos.

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