Amor en tiempo de elecciones | VkookV

Capítulo 27: ¡Vivimos!

A la mañana siguiente son despertados por Tae-moo para ir a la escuela.

Jungkook ríe al ver al hombre con la mochila que Taehyung usaba el primer año de universidad. La reconoce de inmediato porque —para sorpresa de nadie— se la pasaba mirándolo. Taehyung, con los pelos revueltos, le pide a su abuelo unos segundos para emprender camino.

—Iremos en unos segundos, abuelo. Por mientras ve a pedirle a Ryujin que revise tu mochila para que nada se te olvide.

Ryujin esconde una sonrisa cuando aparece por la puerta.

—Tiene alzheimer, es difícil que nada se le olvide —interviene con un deje de gracia en su voz.

El anciano se voltea a su hija.

—Arpía —masculla.

Taehyung debe tapar su boca cuando una sonrisa amenaza con salir, al igual que Jungkook, quien decide que lo mejor es voltearse y ver la pared.

Ryiujin suelta una carcajada, y, en un rápido movimiento, toma al hombre del brazo. Antes de retirarse, toma el pomo de la puerta, y dice:

—Espero que no se hayan enfriado tus pies cuando te infiltraste en este terreno peligroso, Taehyung.

—Por supuesto que no, madre.

La mujer entrecierra los ojos, amenazando a ambos con la mirada, y cierra la puerta tras ella.

Jungkook por fin puede respirar tranquilo.

Taehyung se lanza sobre él para celebrar que por fin están solos.

—¿Así son las mañanas siempre? —Jungkook inquiere con preocupación.

—Lamentablemente, sí.

Se asean y ordenan rápido la habitación de Taehyung para ir a desayunar. Jungkook toma asiento al costado del chico, frente al abuelo. Mientras que la madre de Taehyung, al ser la matriarca, toma el asiento de una de las esquinas.

Ambos chicos optan por comer los pastelitos de arroz que sobraron del día anterior y acompañarlos con un café cortado. Jungkook debe suplicar al cielo cuando da el primer sorbo de la bebida, porque temía una de sus crisis intestinales por culpa de la lactosa en casa ajena. Desayunan en silencio, acariciando sus manos y muslos con suavidad por debajo de la mirada tercera.

—Juwon, ¿cuáles son tus intenciones con este niño?

Taehyung le da una mirada llena de pavor a su madre, quien rápidamente interviene.

—Papá, él no se llama de esa forma.

El hombre golpea la mesa con una mano, moviendo las tazas con líquido caliente. Taehyung se tensa a su costado, al igual que la madre del chico.

—¿Qué sabes tú, arpía? —escupe con desdén.

La mujer suelta un suspiro de cansancio.

—Abuelo, él es hijo de Juwon —decide intervenir Taehyung. Conocía la reacción del anciano ante esas palabras, por lo tanto decide usarlo a su favor.

—¡No puede ser! —exclama sorprendido. Era la tercera vez que se enteraba de que Jungkook es de hecho el hijo del poeta, y sus reacciones eran siempre iguales—. ¿Quién es tu madre?

—Jeon Jihyun, la presidenta de la república.

—¡Arpía! —exclama el hombre.

Igual que las otras tres veces.

—Abuelo, ¿podrías ser un poco más respetuoso? Es la madre de él de quién estás hablando.

El hombre mantiene la mirada fija en Taehyung.