Capítulo 31: Los regalos

2.8K 350 101
                                    


—Vamos, no es tan difícil —dice Jungkook—. Solo debes deslizarte correctamente. Ponte recto y comienzas a moverte.

Taehyung se aferra más al chico cuando ve la intención de dejarlo solo en el lago congelado. Jungkook suelta una risa y el vaho lo acompaña. Hacía un frío de mil demonios, pero el pelinegro estaba determinado a que su casi-novio aprendiera a patinar sobre hielo.

Suelta lentamente a Taehyung para dejarlo que se acostumbre a estar solo, pero este comienza a perder el equilibro y a moverse como un muñeco lleno de aire bailarín. Debe aguantar las risas al verlo. Se acerca para afirmarlo y así evitar alguna caída fea, pero no es lo suficientemente rápido, porque a unos pocos centímetros Taehyung cae seco a la gruesa capa de hielo.

A la distancia se escucha la risa de Jimin y Yoongi, quienes no tienen nada más interesante para hacer que burlarse de ellos. En ocasiones Jungkook sentía que sus amigos parecían una pareja de ancianos casados hace más de cincuenta años, pero realmente Jimin era bisexual y Yoongi no presentaba ningun tipo de atracción y interés en general hacia las personas desde hace mucho —demasiado quizás— tiempo, así que jamás pasaría algo entre ellos. Más aún por la amistad desde la infancia que llevan; ellos se conocían desde que usaban pañales, así que el cariño que había entre ellos jamás pasó a ser algo más que fraternal.

—Mierda, ¿estás bien? —pregunta con preocupación, tomando el abrigado brazo de Taehyung para levantarlo.

—Creo que acabo de romperme la patella, pero nada muy grave —replica Taehyung con su tono neutro. Jungkook no sabe si reír o llorar al verlo encorvarse del dolor. El chico le pide un segundo antes de volver a incorporarse—. Estoy bien. Nada grave pasó. No pongas esos ojos de borrego degollado, por favor.

—Pero... Esto es culpa mía, Taehyung. Lo siento.

—Amor, está bien —replica Taehyung entre unas dolorosas risas—. Creo que... ¿qué tan lejos está el hospital de aquí?

La respiración de Jungkook se acelera por el miedo y la ansiedad que le provocan esas palabras.

—Estoy bromeando —aclara el chico al ver a su novio tan pálido. Se incorpora correctamente para tomar el rostro de Jungkook entre sus dedos y decir:—. Estoy bien.

Deciden salir del hielo antes de llegar de verdad al hospital.

Pasa uno de los brazos de Taehyung en sus hombros para alzarlo unos centímetros y le rodea la cintura con una mano, mientras que con la otra sostiene los patines del chico. Jimin saca la nieve de la banca con una patada para que el chico tome asiento.

—Que amable estás el día de hoy, Jimin —dice Taehyung con su tono inexpresivo—. Por fin mostrando los modales que te inculcó tu niñera.

—No eres gracioso, Taehyung —replica Jimin, haciendo el amago de golpear la rodilla lastimada del chico. Jungkook interpone sus manos entre los bototos de su amigo y la rodilla de Taehyung—. ¿De verdad me crees capaz de golpear a este moribundo?

Jungkook se encoge de hombros.

—Jamás pondría las manos al fuego por alguien, Jimin. Lo siento.

Al adentrarse a la casa, la sala de estar se encuentra inundada en diversos aromas. Seokjin, Namjoon y Hoseok fueron los elegidos para preparar la cena de noche buena. Después de una larga competencia de dos noches de juegos de mesa, ellos habían terminado siendo los perdedores por sus bajos puntajes, así que fueron los elegidos. Los otros tendrían que fregar los platos después.

Se mueven hasta la habitación porque Jungkook le suplica a Taehyung revisar su rodilla lastimada. Así que deben subir los escalones despacio y con mucho cuidado, porque el chico se negaba a bajarse los pantalones y las cincuenta primeras capas —que ya no se podían considerar primeras— térmicas para mostrarle un poco de piel al pelinegro.

Amor en tiempo de elecciones | VkookVWhere stories live. Discover now