Advertencias. El siguiente escenario ha sido escrito con el ánimo de entretener. Todo lo escrito a continuación es pura ficción.
No apruebo, promuevo o practico todo lo escrito en este escenario.
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sumisión. rogar. abstinencia.
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Francisco últimamente había estado demasiado necesitado, te seguía como un perrito pequeño; tanto que ustedes parecían conejos, haciéndolo al menos, tres veces al día.
Pero te preguntabas que tanto le tomaría ponerse de rodillas y rogarte por un poco de acción después de habérsela denegado una y otra vez. Ahora te encontrabas en una racha de siete días de haberle negado cualquier tipo de atención a él y a su creciente y dura verga.
Fran se había convertido en un desastre súper irritable y eso, te encantaba. Obviamente si no le hacías caso o si no le dabas satisfacción, él la buscaría como de lugar; eso es lo que hacía que esta tortura fuera tan buena, cada mañana lo escuchabas masturbarse ante la vista provocativa de tu cuerpo, gimiendo como si estuviese en celo, mientras fingías estar dormida.
Y claro, el verano no ayudaba para nada, Romero tenía la dulce vista de tu cuerpo siendo abrazado por los bikinis que usabas o por las cortas faldas y shorts que abrazaban tan bien tu culo que lo hacían salivar. Él también sabía que usabas esa ropa a propósito y no solamente porque hacía demasiado calor, sabía que te encantaba hacerlo sufrir y rogar por tan siquiera meter la puntita; cosa que hasta ahora, no habías permitido.
Hoy estabas en la piscina, tomando el sol para quedar totalmente bronceada. Fran estaba nadando mientras te veía comer fresas acostada en la tumbona. Se deleitaba con la provocativa vista de tu lengua lamiendo las fresas cada vez más provocativamente, el líquido se chorreaba por tus pechos y Francisco solamente quería acercarse a lamer el líquido que brotaba por tus tetas, pero no lo hacía.
Tus lentes de sol le impedían ver tus ojos que seguramente estaban comiéndoselo con la mirada, quería saber que pensabas, quería ver tu mirada y saber que querías; pero no le era posible. Esta tortura de toda la semana lo tenia vuelto loco, ya no aguantaba estar ni un momento más sin ti, sin tus tetas rebotándole en la cara mientras gritabas su nombre.
