cap 13

180 14 0
                                    

By Bill

Con todo mi oscuro pasado volviendo a mi mente y la discusión de mi madre, me olvidé que hoy era 1 de septiembre, la fecha de mi cumpleaños.

–¿Que más da?

Igual no creo que a nadie le importe, hoy sería el día de Tom, su coronación, el mejor día para él y yo no se lo iba a arruinar.

Con un tembloroso suspiro entre a la casa de Tom, tumbando la puerta negra de madera. Ya desde afuera se escuchaban música a todo volumen y el olor a humo de cigarro y alcohol era notorio desde diez calles antes.

– Hoy es tu día, mi amor.– dije motivado. Entre y me encontré con un tremendo espectáculo para mis ojos. Nisiquiera sabía como describirlo.

Tías chupando pollas, otros hombres tirados en el suelo con botellas en su mano y la droga pura tirada por todo el suelo. Algunos tíos gordos estaban sin conciencia de lo colocados que les había dejado aquel polvo.

Derrepente todos se quedaron boca abiertos cuando mi presencia se iso presente en todos. Me miraban de pies a cabeza con ganas de comerme entre ellos. Me encogí de hombres y empecé a buscar a Tom con la mirada, por todos lados sin éxito, como si no estuviese ahí. En eso de mi pequeña búsqueda pude ver a William cruzado de brazos mirándome con puro asco, algo celoso.

Pero no era culpa mis que fuera jodidamente hermoso para todo el mundo.

Mucha vanidad Bill, vas mal.

–¡Eh chuchos!– grito una voz.– No miren mucho que este títere ya tiene dueño.– derepente la imagen de Tom se hizo visible para mis ojos. Llegó a mi lado con una botella de cerveza. Me miró por unos segundos y me sujeto de la cintura, quedando pegados. Me quedé algo avergonzado pero no mucho como para querer alejarme. Le mostré una pequeña sonrisa traviesa y nos besamos como dos locos. Abraze su cuello para sentirlo más cerca y el me tomó de la cintura con su única mano libre.

No sabia como describir ese beso, era algo inexistente. Algo feroz pero a la vez algo suave y tierno, muy cómodo para ambos labios. La saliva no era presente en este beso, era muy delicado para que se escurriera por nuestras barbillas. Sabía que todo mundo nos miraba, seguro se burlaban o nos miraban sorprendidos. Poco me importaba, en ese lugar solo eramos Tom y yo, nadie más existía.

– Te estuve esperando. Bonito cambio, te queda el lacio.– se separo de mi entre jadeos, con sus labios rojos y sonrió.– Espero que esto sea de tu agrado.

– Lo será, no me importa todo mi puto dinero.– le di un último beso y me separe de él.– Hoy es tu día, mi Bestia.

–¡La fiesta continua!– grito entre risas. Todas las personas buchearon y continuaron con lo suyo.

Volví la mirada a aquel lugar donde se encontraba una persona antes del beso, sin ver nada. Ya no había nadie. Hize una mueca con mis labios algo apenado.

Puse marcha a un sillón roto que al parecer era uno nuevo. La última vez que entré a esta casa solo había uno descuidado. Me senté ahí, con mis piernas cruzadas y algo nerviosas.

–¿No crees que presumes mucho?– Casi grite si no hubiese sido que mi lengua fue mordida por mis dientes. La voz de Andy detrás mío me asusto, él solo se reía.

– Eres un maldito capullo.– reproche con mi lengua ardiendo de dolor. Mis ojos estaban cerrados pero supe que Andy se había sentado en el sofá. Su peso se sintió.–¡Mi lengua esta lastimada por tu culpa!

– Oh... eso es tierno. Lo lamento mucho.– frunci el ceño y el labio.– El pobre William está sufriendo en los brazos de Georg. ¡Chucho!– blanquee los ojos, cabreado o algo así.

Criminal enamorado | Toll | (by anatwinces)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora