Prólogo

49 10 0
                                    

Era el niño que mató a su primer hombre a los once.

Era el adolescente que aplastó la garganta de su primo a los diecisiete años.

Era el hombre que se bañaba en la sangre de sus enemigos sin una pizca de remordimiento, que disfrutaba de sus gritos como si fuera una puta sonata de Mozart.

Los monstruos se crean, no nacen.

Estupideces.

Nací siendo un monstruo. La crueldad corría por mis venas como veneno. Corría por las venas de todos los hombres Jeon, pasado de padres a hijos, una espiral interminable de monstruosidad.

Un monstruo nato convertido en un monstruo aún peor por el cuchillo, los puños y las duras palabras de mi padre.

Me criaron para convertirme en Capo, para gobernar sin piedad, para impartir brutalidad sin pensarlo dos veces.

Me criaron para romper a otros.

Cuando Yoongi me fue dado en matrimonio, todos esperaron conteniendo el aliento para ver qué tan rápido la rompía como mi padre rompió a sus mujeres. Cómo aplastaría su inocencia y amabilidad con la fuerza de mi crueldad, con implacable brutalidad.

Romperlo me habría costado poco esfuerzo. Me venía de forma natural. Era fácil ser el monstruo que todos temían.

Hasta él. Hasta Yoongi.

Con él, no tenía que ocultar mi oscuridad.

Su luz brillaba mucho más de lo que mi oscuridad podría.

Con él, no quería ser el monstruo. Quería protegerlo de esa parte de mi naturaleza.

Pero nací siendo un monstruo. Criado para romper a otros. El no romperlo vendría con un precio.

Un precio que un monstruo como yo no debería arriesgarse a pagar.

TRIPLEWhere stories live. Discover now