Capítulo 4

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Sábado 5:14PM

Pati se encontraba sentada en al cama de Ana mientras la rubia se probaba el quinto look que se le había ocurrido para la fiesta.

—No me convence. —Dice la rubia mientras se mira de arriba a bajo en el espejo de su armario. Vestía con un vestido rojo con bordes amarillos el cual le llegaba por ensima de las rodillas. En su mano derecha portaba un brazalete de cuentas blancas. Calzaba tacones negros algo discretos. Y su peinado era un elaborado de trenzas entrelazadas entre sí. Por último tenía un maquillaje bastante modesto pues apenas tenía delineador y algo de polvo, lo que le permitía lucir más natural.

—Vamos, Ana. Te ves genial así —La verdad, Pati ya estaba cansada de la indecisión de su amiga —. Llegué hace más de una hora y desde entonces no te has decidido.

—Es que quiero lucir lo mejor posible. Pensé que ya me había decidido pero aún no lo hago. —Exclamó frustrada la rubia.

—Vamos a llegar tarde. Y además así estas perfecta —Patricia no encontraba la forma de convencer a Ana de que se veía perfecta así y eso comenzaba a cansarla.

—Bien, de todos modos no quiero llegar tarde. —Expresó la rubia resignada luego de soltar un suspiro —. En fin, vámonos que llegamos tarde — Expresó alegre causando que Pati se extrañará por la bipolaridad de su amiga.

—A veces me preocupas. —Dijo Pati antes de soltar una pequeña risa.

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6:08 PM

Las chicas estaban bajando del auto del padre de Ana delante de una enorme casa de unas cuatro plantas con un enorme jardín delantero, la casa tenía un gran muro con puertas enrejadas.

—Pasaré por ustedes a las nueve ¿Entendido? —Preguntó el Señor Edward, el padre de Ana.

—Entendido señor. —Respondió Pati, mientras Ana tan solo asintió.

—No obstante de ocurrir cualquier incidente me avisan de inmediato. Ahora vayan a divertirse pero juiciosas.  —Les dijo con tono alegre algo característico en él.

—Hasta luego Papá —Se despidió Ana.

—Hasta más tarde señor Edward. —Dijo Pati manteniendo la formalidad que la caracterizaba.

—Adiós

El auto comenzó a desplazarse y alejarse por la carretera. Mientras las chicas comenzaron a acercarse a la mansión.

—No pensé que su casa fuera tan grande —Dijo Pati sorprendida por la inmensidad de la Mansión.

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Jonathan estaba sentado en un sofá que se encontraba en una esquina de la gran sala, donde estaban la mayor parte de los que habían ido a la fiesta. A su lado se encontraba su mejor amigo, Nathan. Un chico bastante alegre bromista, de complexión delgada y de estatura un poco por encima del promedio. Simpre con sus cabellos castaños sin peinar pero se acomondaban de tal forma que parecieran estarlo. y en su rostro siempre se podían ver ojos marrones que siempre parecían estar alegres.

—Vamos Tanqui alégrate un poco, estamos en una fiesta ¿Lo sabes?  —Sin dudas Nathan queria terminar con el silencio que había reinado la última media hora pues había usado su último recurso el has que siempre guarda bajo de su manga.

—Sabes que odio que me llamen así. —Dijo Jonathan con clara molestia por la forma en la que su mejor amigo lo había llamado.

—Vamos Tan no te enojes. Andas más callado de lo usual. —Comentó Natán. —Oh, mira es Michael.

Siempre hay motivo para vivirWhere stories live. Discover now