Capítulo 8

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Capítulo dedicado a mi gran amiga y prometida Naranjitademiel06 y mi fiel lectora Fary–Lucy_Princess.

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—Tienes que estar demente. —Quizás Laura tenía razón, pero ya me había decidido y no tenía planeado cambiar de opinión.

—Ana me contó que es alguien muy solitario, necesita amigos y eso seré para él. —Le intenté explicar. Aunque sabía que era en vano, Laura no entendería a razones.

—Regálale un Hámster o un Loro. Así no se sentirá solo y tu conciencia te perdonará. —No sería una mala sugerencia de no ser que ya no era mi consciencia solamente, sino que mi lado racional se había dado cuenta de que él era un chico demasiado solitario, quizás tenía problemas para hacer amigos, pues no era capaz de dar el primer paso.

Así era Esteban cuando lo conocí, quizás solo tenía que acercarme a él y ya.

—¿Por qué eres así?

—¿Tú por qué eres así? —Incluso yo misma me pregunto por qué soy así, pero no quiero cambiar —. Entre tantas cosas que podías hacer vienes a hacer la peor que se te pudo haber ocurrido.

—Solo quiero ser amable con él ¿Que tiene de malo?

—Muchas cosas.

Y así ella comenzó a nombrarme todas las cosas que le encontraba de malo, incluso sugirió que fuera de la mafia, bueno, tampoco tanto, pero si exageró en muchas cosas.

Esperé a la hora del almuerzo ese día también. Era la tercera vez que intentaría socializar con él. Al igual que el anterior lo seguí de cerca, intentando que no me detectara, casi me sentía una detective o más bien una acosadora. Él seguía exactamente el mismo camino que el día anterior ¿Acaso iría de nuevo al solitario rincón en al cancha de fútbol?

Y sí, fue exactamente el mismo lugar. Parecía gustarle bastante, aunque no hacía nada allí, solo sentarse y de vez en cuando observar su celular.

Agarré algo de valor, aunque era la tercera vez me sentía algo nerviosa, me preocupaba que se lo fuera a tomar a mal. Oh bueno... peor de lo que ya lo hacía. Fui caminando sin decir una palabra y me senté justo a su lado. Ya había intentado los dos días anteriores hablar con él y no había dado resultado, exceptuando un par de suspiros de fastidio, esta vez probaría algo distinto.

Intentar iniciar una conversación sin decir una palabra. Eso era nuevo pero quien sabe si da resultado.

Y no, no funcionó ese día. Fué totalmente en vano. Tampoco me hacía ilusiones que el más callado del aula iniciara una conversación por aburrimiento.

Pero no pensaba rendirme, así que al día siguiente, el viernes, me dispuse a repetir la táctica. Lo seguí nuevamente al mismo lugar, me senté a su lado y otra vez no dijo nada de nada. Aunque era de esperar que el resultado fuera el mismo, al final los factores eran iguales.

Pasé toda la semana siguiente haciendo prácticamente lo mismo, yendo todos los días, sin conseguir que dijera ni una sola palabra.

Ya estaba a punto de rendirme, pues cuando no le molestaba mi presencia, algo que se notaba en su rostro, me ignoraba totalmente. Me daba la importancia de una piedra, o quizás menos.

Pero entonces ese lunes todo cambio... Oh bueno, no todo, pero algo sí. Pensé que era otro día de otra semana en la que él me ignoraría completamente, pero no fué así.

Como ya era costumbre lo seguí, ya no tan de lejos, es más iba bastante cerca, tan solo unos pasos por detrás de él. No me preocupaba que se diera cuenta de mi presencia, de hecho ya lo había hecho, lo sabía porque había volteado la cabeza para verme con el rabillo del ojo.

Siempre hay motivo para vivirحيث تعيش القصص. اكتشف الآن